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Narra Charlie.

Ella sonrió y luego de unos segundos respondió.

— Eres una gran persona Charlie y puedo notarlo en tus ojos, que por cierto, son muy hermosos — comenzó a levantar un par de libros más — Deberías hablar con el director sobre todo lo que te hacen aquí los alumnos, incluyendo los profesores. Ya que he visto su forma de tratarte — me miró con algo de tristeza.

Oímos la puerta abrirse y ambos volteamos.

Es imposible no oír a aquélla puerta siendo abierta, ya que es tan vieja que rechina como en una película de terror.

— Charlie, estás aquí? — preguntaron.

Esa voz era la de..¿Leondre?.

— Casi me da un infarto — rodó los ojos — Supongo que deberías ir.

Asentí sonriendo al ver su cara y me encaminé a la entrada.

Me buscaba con la mirada, daba vueltas y caminaba poco a poco hacia los libros.

— ¿Qué haces aquí? — pregunté mientras me cruzaba de brazos.

El volteó rápidamente y me miró.

— Sabía que estarías aquí, quería saber si alguien te trajo la ropa y las cosas que me habías prestado — murmuró mientras miraba hacia otros lugares para que no notara que había llorado.

O por lo menos eso pensaba yo.

— Sí, ¿estás bien? — dije algo preocupado — Tus ojos están rojos, al igual que tu nariz y tus mejillas — levanté una ceja.

— Estoy bien tranquilo, no te preocupes — sonrió algo triste — Yo..siento no haber respondido tus llamadas, mi hermana tenía mi móvil y pues ella decidió no decirme que habías llamado hasta que me lo devolvió. En fin, supongo que debes estar estudiando, te dejaré de molestar — soltó una corta risa un tanto nerviosa.

Volteó para irse y se dirigió a la puerta.

— Leondre, espera! — me acerqué a él
— tú jamás me molestarías, si llegas a necesitar algo no dudes en pedirme lo que sea — sonreí viendo que no volteó, sólo se quedó escuchándome y luego de asentir con la cabeza; se marchó.

No se lo veía nada bien..

[***]

— Ya te vas?, creí que te quedarías — se acomodó los lentes.

Asentí.

— Este es el último examen y es súper fácil, por eso me voy antes — sonreí — me encantaría quedarme para hacerte compañía, pero mi madre ya está por llegar.

— No hay problema cariño, los libros son mis amigos — soltó una corta risita — gracias por ayudarme hoy, ahora ve antes de que tu madre se enfade.

— Me encantaría quedarme un rato más, pero tienes razón, ella tiene un trabajo bastante pesado y tal vez se enfade. — sonreí — Ya, nos vemos mañana.

Luego de despedirme salí de ahí.

Al hacerlo vi a Leondre sentado en el césped abrazando sus piernas y debo admitir que se encontraba fatal.

— Hey — dije mientras me acercaba — ¿estás bien? — me senté junto a él.

Levantó la cabeza y me sonrió.

— Eres muy lindo — murmuró sin dejar de ver mi rostro.

— ¿Q-qué? — reí nervioso — ¿pasó algo?.

Este chico me hace sentir tantas cosas con tan sólo su presencia.

— Tiene que pasar algo para que te recuerde lo lindo que eres? — se acomodó y dejó de abrazar sus piernas — Supongo que no esperabas verme aquí.

Negué, mientras sentía su mirada sobre mí.

Estuve 2 horas en la biblioteca y puedo decir que eso es poco para mí, pero para alguien que se encuentra esperando debe ser bastante agotador 

— Me encanta cuando te sonrojas — Sonrió.

Me toqué ambas mejillas y negué de nuevo.

— M-me dirás la verdad? — pregunté sin quitar mi mirada de sus ojos.

Él soltó un largo suspiro y bajó la cabeza.

— Te diré la verdad, pues.. — me miró serio — en realidad no eres lindo, sé que te lo estuve diciendo mucho..y lo siento — se encogió de hombros — La verdad es que eres realmente hermoso.

Luego de decir eso me sonrió.

Mierda, no puedo con este chico.

— C-cállate — bufé conteniendo una sonrisa — sé que algo pasa, te veo triste — dije sin más. La verdad es que si no quería contarme podía decirlo él.

Lo vi acomodarse de nuevo, esta vez quedando frente a mí. Me veía directo a los ojos como si tratara de descifrar cada detalle de ellos, era un poco incómodo, pero no lo suficiente como para querer que dejara de mirarme.

Me gustan sus ojos, son marrones.. algo claros, la gente diría que es bastante normal, pero para mí lo son todo. Pues obviamente, son de él.

— Mi madre enfermó — soltó de pronto — Supongo que no estoy en el mejor momento, por eso te estaba esperando.. — suspiró y se movió el cabello — Por alguna razón estar contigo, pues..me hace bastante bien — Sonrió.

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Perdón si tiene errores :/

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Afenfosfobia | Chardre ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora