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Narra Charlie

Después del colegio

— Escuché llorar a Leondre en el baño, suele hacerlo seguido? — bebió de su té.

— Qué?! —  pregunté confundido — Estás segura de que estaba llorando?

— Si, pude escucharlo, me preocupa — Dijo algo triste — Podrías preguntarle si está bien?

— No lo sé, es muy extraño, nunca había visto llorar a Leondre — Alcé una ceja.

— Ve a ver, creo que sigue ahí — me empujó levemente.

— O-oh, claro — me levanté rápidamente y subí las escaleras.

Me cuesta creer que él esté llorando, su vida es...perfecta.

Al llegar arriba, la puerta del baño estaba entre abierta y oí ruidos desde su habitación, lo que quería decir que él ya no estaba ahí.

Solté un largo suspiro y entré a su habitación.

Logré verlo sentado con la cabeza abajo de espaldas, se lo veía trkste, por lo menos desde atrás.

— ¿Quién es? — susurró sin voltear.

— O-oye, estás bien? — Dije sin más rodeos.

Volteó y me observó.

— Creí que me odiabas — Sonrió, o bueno, lo intentó,porque se lo veía muy mal, sus ojos estaban rojos.

Yo igual — susurré y cerré la puerta.

— Qué? — Alzó una ceja.

— Nada, pasó algo? — me senté en una silla que había en la habitación.

— Mi vida no es tan perfecta como piensas — Sonrió irónico.

— No sabía que Devries podía llorar — Sonreí para liberar un poco de tensión.

Soltó una leve risita, que se me hizo bastante tierna.

— Pues parece que sí — sonrió — ese tal Devries es un fracaso.

— No creo que lo sea, además, parece buena onda — Sonreí nuevamente.

Este chico es lindo hasta cuando está triste.

Sus ojos se siguen viendo lindos a pesar de qué estén algo rojos, y sus mejillas color carmesí cada vez que se pone nervioso..rayos sus mejillas lo son todo.

— Eso crees? — Frunció el ceño sonriendo — Entonces, por qué lo odias?

— No lo odio, tal vez, si lo envidio un poquito — rodé los ojos riendo.

— Se lo diré — sonrió y bajó la cabeza.

— ¿Quieres hablar sobre eso? — pregunté un tanto incómodo.

— Me odiarías si te lo contara — dijo seguro y se tapó la cara con las manos.

— ¿Cómo estás tan seguro? — pregunté confundido.

— Lo imagino..soy un egoísta — suspiró.

— N-no te digas cosas así, sólo será peor, además, e-eres una gran persona L-leondre — me acerqué y me senté en la cama frente a él.

— No lo soy, soy un cobarde y ni siquiera puedo.....olvídalo — negó y se secó un par de lágrimas que comenzaban a resbalar por sus mejillas.

No llores — Susurré.

— ¿Por qué te importo? — preguntó rompiendo en llanto.

— Porque tú fuiste el único que me soportó todo este tiempo, y sé que no fue nada fácil hacerlo — respondí.

Leo sonrió y se limpió las lágrimas con la manga de su sudadera.

— G-gracias — Sonrió nuevamente e iba a abrazarme, pero se detuvo al recordar que no lo podía hacer.

No sé qué fue lo que pasó por mí mente en ese momento, porque antes de que pudiera darme cuenta, yo mismo lo estaba abrazando..

Al rodearlo con mis brazos volvió a romper en llanto correspondiendo mí abrazo.

¿Tengo miedo?, lo tengo, pero él me transmite seguridad..

Creo que no te odio
Devries.

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Maratón de Sábado🔥2/2


Afenfosfobia | Chardre ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora