Afenfosfobia | Chardre ®

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Continúa el Narrador OM

Al oír el segundo grito Charlie se alejó de inmediato y soltó un largo suspiro de alivio. La verdad es que no quería separar a Leondre de él, pero reconoció la voz de su madre y como la última vez que los vio juntos nada salió bien, decidió que esta vez no pasaría de nuevo.

Tomó sus libros y se levantó del césped.

— Aquí estás! — suspiró — Te estuve buscando por todo el colegio Lenehan — murmuró, estaba tan enojada que no había notado al chico que se encontraba sentado en el césped.

Entonces Leondre se tocó los labios y se levantó.

—

Muévete, llegaré tarde — bufó — Leo!, no te había visto ahí — Sonrió amablemente.

— Vamos mamá — dice Charlie delante de ella.

Al pararse a su lado notó que los labios del más grande estaban algo rojos e hinchados — pero era tan poco que se notaba a penas — y pensó que tal vez los suyos estarían igual.

— Señora Lenehan — Sonrió — tanto tiempo sin verla.

Ella asintió algo confundida ya que había notado algo extraño en ellos dos.

Desvió su mirada a los labios de Charlie al notar que los de el otro chico estaban algo rojos y un poco hinchados, entonces se dio cuenta de lo que estaba pasando ahí.

Al parecer no le había gustado la situación de los dos chicos, estaba molesta, pero no sólo porque llegaría tarde al trabajo.

— Charlie, te espero en el auto — Miró el suelo y fue hasta el estacionamiento.

El rubio tragó saliva al escuchar el tono que había usado su madre al despedirse, sabía que algo andaba mal y también sabía que era por ellos dos.

— Luego te hablo — Dijo seco y cuando estaba por irse Leo se lo impidió.

— ¿Todo está bien? — preguntó un tanto desconcertado.

Él asintió y se marchó rápidamente.

No estaba enojado con Leondre, es decir, él lo había besado sí, pero no podía culparlo por algo que él mismo también siguió.

Al llegar al estacionamiento logró ver a su madre en la primera fila de coches que habían, por suerte no tuvo que caminar tanto.

Charlie tenía miedo y es algo que se podía notar con facilidad, pero no tenía miedo de ser lo que es, tenía miedo de su madre ya que sabía perfectamente que los homosexuales estaban enfermos para ella y él no quería que ella le dijera que estaba enfermo, no quería oír de ella que debía curarse de algo que no es una enfermedad.

Se subió al auto y se colocó el cinturón de seguridad.

— Era él entonces — habló.

Alzó una ceja confundido al oír aquello.

— De quien me hablaste, la persona que te había besado, mierda Charlie — cerró los ojos frustrada — esto no está bien, no te dejaré terminar más enfermo de lo que ya estás. Desde ya no quiero volver a verte con ese..ese — fue interrumpida por un golpe en el asiento del auto.

— Ya no hables mamá, no lo hagas — Dijo completamente cansado.

Esas palabras, justo esas palabras eran las que no quería oír él.

Porqué su madre no podía ser tan comprensiva como en las películas?.

— Te está lavando el cerebro, te quiere volver como él. Escucha, no quiero encontrarte cerca de ese chico jamás — volteó a verlo — No vuelvas a verlo de nuevo, tú no eres así y no quiero que mi hijo sea..homose — antes de terminar lo que estaba por decir Charlie bajó del auto en una milésima de segundos.

No tenía ganas de estar ahí dentro y mucho menos tenía ganas de escuchar todas la estupidez que su madre comenzaría a decirle.

— CHARLIE! — gritó detrás de él.

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