CAPITULO 36

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Una  vez en la cueva, nos sentamos en el suelo y Sandra le pregunta a Hugo:

-¿Qué tal ha ido todo?

-Mejor de lo que me esperaba, pero me ha costado mucho pasar al apartamento de los Johnson.

-¿Y cómo has entrado?- pregunto con curiosidad.

-Lo primero que hice fue dar una vuelta a la manzana y ví que su bloque de pisos poseía un garaje, así que en cuanto un coche salió , yo entré. Una vez en su piso, llame a la puerta, y la madre de Sean me abrió.

-¿Entonces la madre de Sean sabe que has estado buscando una pista en su piso?- pregunta Sandra enfadada.

-No-ríe- Fingí que se me había perdido un perro y le enseñe una foto de un caniche adorable que tengo en mi móvil. Mientras ella lo miraba, le pegué un puñetazo.

-¡Eso es demasiado bruto! ¡No me esperaba eso de ti!- exclamo impresionada.

- La situación recurría agresividad, no podría haber hecho otra cosa.- responde Hugo.

- ¡Ve al grano!- exclama Sandra impaciente.

-Empecé a buscar en el ordenador, ya que estamos en el siglo XXI, y la mayoría de la información, está en las nuevas tecnologías mas no encontré nada. Luego busqué en cajones y tampoco hallé nada, por lo que me quedé sin ideas y pensé que algo de comer podría ayudarme a pensar, así que fui a la cocina y cogí una manzana. La manzana se me cayó y con el golpe, se produjo un sonido extraño, algo como si el suelo estuviese hueco. Por un momento me pareció que estaba en una película de misterio ya que la mayoría de las veces, las pistas están escondidas bajo el suelo, mas no hallé nada.

-¿Y qué hiciste?-pregunto.

-Que la manzana se cayese al suelo me recordó a que debajo de ese piso había más plantas y que quizás, los Johnson usasen alguna de ellas para esconder algo que les parezca sumamente importante. Recorrí todo el bloque de pisos en busca de algo que me ayudase a seguir investigando y no hallé nada.

-Entonces, ¿no has encontrado nada?- pregunta Sandra.

-No, de momento, pero sí he descubierto el lugar dónde se halla aquello que tanto deseamos.

Le pido a mi amigo especial que se explique y a continuación, él prosigue:

-Cuando terminé de bajar todos los escalones, llegué al garaje, y allí ví una puerta. Pasé y allí estaba el padre de Sean, Richard Johnson, tratando de encontrar algo entre cajas y más cajas, pero no me pilló porque me fui en seguida.

-¿Ósea que el lugar es un trastero?- insisto.

-Algo así.- responde Hugo.

-Hugo, prepárate porque en diez minutos vamos hacia allí.- dice mi amiga.

-¿Y yo?- pregunto tristemente.

-Debes quedarte aquí Ruth, no queremos que nadie sospeche de que estás aquí escondida, tu padre te está buscando- me responde Sandra.

-Oye Sandra- se queja Hugo- déjale que venga. En un día verá a su padre y le tendrá que explicar que hemos estado de acampada, así que, ¿qué más da que le pille ahora? Ruth sabe hacer las cosas, no seremos igual de buenos sin ella, los tres estamos en esto.

Mi amiga acepta tras pensárselo y yo mientras abrazo a Hugo porque gracias a él, en unos minutos, estaré sintiendo la adrenalina por mis venas que tanto me gusta sentir.

La chica del pelo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora