La chica del pelo rojo

CAPÍTULO 19

Otro día como el resto está empezando. Los pájaros que cantan en el jardín me despiertan y desayuno con mi abuela .No me comenta nada acerca de lo de ayer por la tarde, supongo que querrá mantenerlo en secreto. Me ducho, me pongo la ropa que anoche me preparé – una sudadera gris, unos pantalones negros y unas deportivas blancas- y cojo un bus para ir a clase. Mi padre suele llevarme, también voy en bicicleta, pero hoy me apetece cambiar. Miento. Hoy me apetece ver a Hugo.

Entro en el transporte público y le busco hasta que lo encuentro sentado en uno de los asientos traseros mirando por la ventana mientras escucha música. Hoy está impresionante, como siempre.

-Buenos días, ¿puedo sentarme?-le pregunto

-Claro, Chica del pelo rojo.

Me poso a su lado. Huele bien, muy bien. Se quita uno de los auriculares y me lo pone en mi oreja izquierda. Entonces, mi cuerpo es invadido por la melodía de Photograph de Ed Sheeran . No esperaba que a Hugo le gustase este tipo de música.

Nos bajamos del bus y me tropiezo con uno de los escalones, pero él me ayuda a levantarme cogiéndome la mano, que no suelta hasta que nos cruzamos a Sandra y ella nos levanta las cejas. Él se va a su clase y nosotras a la nuestra. Sean no ha asistido, qué raro.

Pasamos el recreo juntos, riéndonos los unos de los otros. Sandra quiere ir al baño y yo le acompaño. Una vez allí, nos damos cuentas de que no hay papel higiénico, por lo que voy a conserjería a pedir un rollo. El conserje me indica que espere y entonces, a través de la puerta que da con secretaría, veo al abuelo de Sandra. No puedo resistirme a saber lo que está haciendo ahí, así que pongo la oreja.

LEÓN: -Nos vamos de la ciudad, no hay vuelta atrás.

SECRETARIA: -Pero Sandra es muy buena alumna, debería terminar este curso aquí.

LEÓN: -Lo sé, pero tenemos que irnos la semana que viene, y necesito matricularle en otro centro, así que no intente persuadirme, porque estoy muy convencido de lo que a mi nieta le conviene.

SECRETARIA: -De acuerdo, en seguida le digo los posibles centros escolares.

El conserje viene de vuelta y nada más verlo, vuelvo al sitio donde estaba antes de que se fuese. Cojo el papel higiénico y corro hasta el baño. Entonces le digo a Sandra:

-Sandra, escucha, es urgente.

Ella me escucha como le pido mientras le cuento:

-Tu abuelo estaba en secretaría hablando con Loli, la secretaria. He oído como él, muy insistente, le pedía que echase un vistazo en centros escolares con plazas disponibles para poder matricularte porque te mudas la semana que viene.

-¿Qué yo qué?- pregunta mientras salimos del baño.

-Que sí, que te vas.

- Que no, que no me voy, que quiero hallar la verdad. Hay que actuar, ya y ser rápidos y escurridizos, tenemos que fingir que no sospechamos nada porque creo que eso es lo que a ellos les está llevando a hacer todo esto.

Le doy la razón y lo hablamos con Hugo. Los tres acordamos lo próximo que haremos, bueno, que haré. Intentaré contactar con mi supuesta madre para decirle que todo va bien y que soy feliz aquí, para que parezca que no sepamos nada, quizás, de esa forma, podremos investigar más tranquilos.