Tras un buen rato pedaleando, llegamos a mi casa. Estamos a viernes y el sábado de la semana que viene, yo me iría a Mallorca, y Sandra a algún otro lugar lejos de aquí, pero gracias a lo que hemos descubierto, todo eso no será posible.
Tengo varios whatsapp de Hugo, pero paso de ellos, no quiero entretenerme ahora mismo. Saco la llave de mi casa y abro la puerta.
-¿Hola?- grito para asegurarme de que no hay nadie.
Al no oír nada por respuesta, le indico a Sandra que pase dentro y una vez que estamos en el sofá, saca su móvil y accede a la página web donde hemos descubierto todo., Introduce la contraseña y ahí está de nuevo, IRO, International robberies organization – Organización internacional de robos.
Debajo del título, hay una gran lista de personas y al lado, una gran cantidad de dinero, números con infinitas cifras. Imagino que será lo que han robado o lo que tienen que robar. Sandra y yo no aparecemos pero mis progenitores, mi abuela y sus dos abuelos sí, al igual que la familia de Sean. Yo petrificada, le pregunto:
-¿Y ahora qué?
- No sé qué hacer Ruth.- suspira
-¡Eres Sandra! ¡Siempre sabes qué hacer!- grito desesperada.
-Lo sé, pero esta vez, es distinto, no esperaba para nada que esto fuese así. Nuestros familiares son ladrones, ¿entiendes?, ¿cómo quieres que se me ocurra algo que hacer Ruth?
-¿Te crees que no te entiendo? ¡Estoy en tu misma situación!
- Claaaaaro, tú lo has dicho, exactamente en la misma situación.
-¿Qué quieres decir?
- Ruth, siempre me ha tocado a mí todo. Sin mí no habrías llegado hasta aquí, siempre soy yo a la que se le ocurre lo que tenemos que hacer.
-Bueno, pero...
-¿Pero qué?- exclama al borde de la locura.
-Tenemos el mismo destino, ya sabes por las huellas y tal, estamos juntas en esto.
- ¿Destino?¿Ahora eso es lo que te preocupa? Eso no existe Ruth, nada está escrito.
- Lo sé, por eso te estoy preguntando qué hacer, porque podemos cambiar las cosas.- lloro al ver la actitud de mi amiga.
-En este caso nada puede cambiarse, sé realista.
-Pero...
-¿Pero qué? Está claro que enamorarte de Hugo te ha sentado muy mal, eres demasiado optimista.- dice mientras coge sus cosas.
Mi amiga se marcha. Duele que se vaya así, sin que hayamos podido conversar como personas normales, sin que ninguna de las dos nos hayamos recordado la una a la otra que podemos hacerlo, que somos fuertes.
-¿Quién es ese tal Hugo cielo?- pregunta mi abuela desde una habitación de arriba.
¿Qué hace mi abuela aquí? Tenía entendido que aquí estábamos Sandra y yo solas, encima ha escuchado lo de Hugo. Pero, ¿y si también ha escuchado lo demás? ¿ acaso no contestó a cuando traté de averiguar si la casa estaba vacía para así espiarme? ¿por qué tengo la sensación de que al final acabaré viviendo en Mallorca de nuevo?
-¿Ruth?- pregunta insistente.
Cuando oigo su pregunta me dirijo hasta donde ella está, pero antes, paso por la cocina a por un cuchillo, porque sé qué intenciones tiene al estar en esta casa. Al subir las escaleras, veo que no está por ninguna parte, ¿y si estoy paranoica y he escuchado su voz gracias a mis pensamientos? Voy a la cocina a dejar el cuchillo y ahí es justo donde descubro que no lo estoy, mi abuela me ha espiado, mi abuela me ha apuñalado por la espalda, mi abuela está agrediéndome y yo lucho contra ella, y finalmente mi abuela está tendida en el suelo porque yo la he vencido.
Cojo mi mochila y mi bicicleta y sin pensarlo comienzo a pedalear. Llego hasta un callejón y es ahí cuando leo los mensajes de Hugo:
Chica del pelo rojo
¿Va todo bien?
Llamadme cuando acabéis vuestra misión.
Ya sé dónde ir, a casa de Hugo, él me ayudará, estoy segura.
ESTÁS LEYENDO
La chica del pelo rojo
Mystère / ThrillerLas mentiras duelen, pero descubrir la verdad más aun. Ruth es una adolescente normal, o eso mismo creía ella antes de averiguarlo todo. Gracias a que se muda con su padre, ella comienza a generar nuevas amistades y con ellas se da cuenta de muchas...