CAPITULO 50

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¡Otra vez no! ¡Malditas turbulencias! Me han vuelto a despertar. Miro hacia mi lado y Hugo está dormido sobre mi hombro, la felicidad le sienta bien, está guapísimo. Me levanto y me dirijo al baño del avió, llevamos una hora de vuelo y necesito orinar. Mi suegra sale del baño y yo le sonrío mientras espero en la cola, entro y aprovecho para revisar mi móvil, tengo un mensaje de Hugo.

Chica del pelo rojo

Pensabas que estaba dormido? JAJAJA

Quedamos en el baño masculino en cinco minutos.

Orino y me dirijo al sitio donde he quedado con Hugo. El me espera allí y echa el cerrojo.

-¿Qué quieres?- le pregunto.

Entonces, Hugo empieza a besarme apasionadamente. Sus manos quedan sumergidas en mi pelo y las mías recorren su espalda poco a poco hasta que llegan a su trasero. Él se aparta de mi boca y para sentarse en el retrete y con sus manos me hace un gesto para indicarme que me siente encima. Me lanzo directa a su cuello mientras él masajea mis senos debajo de mi camiseta, decide quitármela y me quedo en sujetador. Me aparta de su cuello para quitarse su camisa y seguimos besándonos.

De repente escucho mi nombre y el de mi novio detrás de la puerta:

-¡Hugo y Kelly, salid de ahí!- exclama mi padre.

Hugo y yo nos reímos mientras nos ponemos la ropa. Salimos del lavabo y caminamos hasta nuestros asientos, entonces mi padre, que está justo delante de mí se da la vuelta y me pregunta:

-¿Ya has dado tu primer beso, Kelly?

-Sí- si él supiera…

-Mi niña se ha hecho mayor- dice llevándose las manos a la cabeza.

Si lo pienso, es triste que mis padres e hayan perdido mis primeras palabras o mi primeros pasos, mas sé que en verdad hicieron lo mejor, querían protegerme.

-¿Qué ha pasado Kelly?- me susurra Sandra desde el asiento de atrás.

-Mi padre ha descubierto que su hija se enrolla con tíos y se siente orgulloso de mí por eso-río.

Hugo se ríe de mi respuesta y me besa la mejilla. Qué bonito es tenerle aquí después de todo lo que ha ocurrido.

-¡Hugoooo! ¿Qué estabas haciendo con Kelly ehhhhh?- exclama Sean desde la otra punta del avión.

¿No le da vergüenza gritar así? Se le habrá pegado de la gente española.

Hugo no contesta, se limita a hacer un gesto con su cara para indicarle que es tonto.

-¡Kelly cariño, todo con protección!- me dice mi madre desde el asiento de adelante.

Me quedo seria un momento y me paro a pensar ignorando el comentario incómodo que ha hecho mi madre, ¿por qué todo el mundo me llama ahora Kelly? Incluso mi hermana me llama así, y ella siempre se ha dirigido a mí como Ruth, pero tampoco me convence mucho que me llamen así, no me siento muy cómoda con esos dos nombres.

-Chica del pelo rojo- me llama Hugo.

-¿Qué?- respondo.

-Te quiero- me dice.

-Te quiero- contesto.

Con Hugo me siento cómoda, con él he sido yo misma desde el primer día. Siempre  me he mostrado transparente, y él siempre me ha llamado de otra forma, ¿sería por qué él sabía que no estaba cómoda con mi personalidad desde el primer momento en que nos vimos? Puede ser, puede ser que por eso, tanto para él y tanto para mi misma, mi identidad y mi vida pertenezcan a La chica del pelo rojo.

¡Muchísimas gracias a todos los lectores que habéis llegado hasta aquí! La novela ha llegado a su fin y próximamente tendréis otra disponible .Quisiera agradecer el apoyo a un grupo de chicas en especial, a mis amigas, porque ellas me han dado ese empujón que yo necesitaba para sacar mi creatividad a la luz. ¡Os quiero!

La chica del pelo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora