Quiero llamar a mi novio para contarle qué es lo que ocurre pero mi móvil está muerto desde el viernes por la noche y no puedo. Sean me mira y me indica que me vaya a otra habitación y Sandra me acompaña. Vamos a mi cuarto y le pregunto:
-¡¿Qué está pasando?!
-Sean me ha llamado está mañana para ver qué hacíamos ya que hay que darse prisa, porque en menos de una semana si todo sale mal, tú y yo no estaremos aquí. Yo le he dicho que podríamos venir a registrar la casa para recoger más pistas, pero él ha insistido en que eso es lo que siempre hemos hecho, y lleva toda la razón. Entonces, ha propuesto entrevistar a tu abuela ya que tu padre está trabajando. Hemos venido aquí y gracias a unos contactos, le hemos dado a tu abuela un líquido que le obliga a decir la verdad , y bueno, Sean está siendo conocedor de toda la verdad ahora mismo.
-¡¿Qué le habéis hecho qué?! –exclamo al oír lo que le están haciendo a mi abuela.
-Lo que oyes.- responde Sandra.
-¿Quiénes son esos contactos que siempre os ayudan a ti y a Sean?- pregunto.
-Es una larga historia.- contesta mi hermana.
-Pues soy toda oídos.
-A Sean y a mí nos pasa lo mismo que a ti, somos curiosos desde muy pequeños. Nunca me lo has contado, pero estoy segura de que te divertías buscando objetos antiguos en tu casa o explorando en las playas de Mallorca, ¿me equivoco?
Se lo niego y prosigue:
-Pues yo jugaba a buscar cosas en el ayuntamiento con Sean, y de eso hace tanto tiempo que ya ni lo recordaba, pero gracias a él ya me acuerdo. Nuestro padre trabajaba allí antes y bueno, nuestro hermano y yo íbamos por las tardes a pasar el rato. El mismo día que nos presentaron, descubrimos lo que teníamos en común, explorar, así que nos recorrimos todo el ayuntamiento en busca de algo que nos gustase. Hallamos un teléfono móvil sin dueño y tras cotillear unos minutos, nos dimos cuenta de que fuese quien fuese su propietario, tenía acceso a unos laboratorios un tanto surrealistas que al parecer, le debían un favor.
-¿Y ya está?
-No, resulta que al día siguiente, Sean me dijo que el teléfono móvil era de su padre y que lo sabía porque Richard lo había perdido. Ahora, yo tengo en mis manos ese teléfono, y lo uso para cosas como estas. Piénsalo, los científicos de ese peculiar laboratorio piensan que soy Richard Johnson, así que puedo pedirles cualquier cosa con tal de que me devuelvan ese favor que desconozco por completo.
Al oír esto, me quedo un poquito perpleja, ya que es algo bastante extraño, ¿qué favor le deberían unos científicos a mi padre biológico? Sé que no tengo respuestas, pero las tendré en cuanto se lo pregunte a mi abuela y ella me confiese todo lo que sabe.
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La chica del pelo rojo
Mystery / ThrillerLas mentiras duelen, pero descubrir la verdad más aun. Ruth es una adolescente normal, o eso mismo creía ella antes de averiguarlo todo. Gracias a que se muda con su padre, ella comienza a generar nuevas amistades y con ellas se da cuenta de muchas...