CAPÍTULO 16

250 15 0
                                    


Una vez reunidos con Sandra, nos dirigimos de vuelta con el grupo. Sean me pregunta que por qué habíamos tardado tanto, yo me escaqueo diciéndole que ha sido una emergencia que solamente las chicas entendemos.

Mi padre también colabora en la charla, y al acabar, viene hacia mí:

-Cariño, esta tarde no iré a casa, tengo cosas que hacer, pero estará la abuela para hacerte compañía.

Yo acepto y me voy con el resto de mis compañeros. Cogemos un autobús de vuelta al instituto y en el trayecto me siento con Hugo. Juntos conversamos sobre que esta tarde deberíamos quedar con Sandra para ver todo lo del pen drive, yo le digo que será difícil porque mi abuela estará en casa.

Sean se ha sentado con Sandra, y ninguno de los dos despega el pico, nunca se han llevado bien y ahora se llevan peor todavía. Sean me está preocupando, lo pillé espiándome, me da miedo que lo vuelva a hacer, y me da miedo de que él me pille a mí, o a Sandra, o a Hugo.

El bus para y nos deja en nuestro centro escolar. Allí continúan las clases con normalidad. La profesora de literatura nos da la buena noticia a Sandra y a mí de que nuestro trabajo será expuesto en los pasillos porque le parece uno de los mejores de toda la clase. En educación física hemos hecho footing, y yo acompañaba a Sandra. Hemos hablado de lo que me ha dicho Hugo y decidimos quedar en la biblioteca para averiguar lo que esta oportunidad nos brinda.

Finalmente salimos de clase, mi padre no me recoge, tampoco mi abuela, por lo que decido ir andando hacia casa. Llamo al timbre, y mi abuela me recibe con una sonrisa de oreja a oreja en busca de un tierno abrazo que yo le doy. Entonces me dice:

-Ruth, mi niña, ¡Cómo has crecido desde la última vez que te ví!

Yo me sonrojo, y paso hacia el salón. Dejo la mochila en el perchero y le pregunto:

-¿Qué te trae por aquí abuela?

-Bueno, dado lo que le ha ocurrido a tu madre, pensé que te vendría bien estar conmigo unos días, y también estoy aquí para encontrarme con gente que no veo desde hace tiempo.

Ja. Que me lo creo yo. Esto es una familia de mentirosos. Le explico a mi abuela que esta tarde tengo que ir a la biblioteca a hacer un trabajo y que será mejor que pasemos otro día juntas. Ella asiente, y llaman a la puerta. Mi abuela me indica que espere en el salón porque es una visita muy íntima, sin embargo, ya nada lo es y esto tampoco lo será porque pienso mirar y escuchar a esa visita.

-Hola madre- dice una mujer mientras mi abuela le indica que baje el tono.

Las dos se abrazan, y puedo ver como a mi abuela se le escapa alguna lágrima que otra.

-Madre, vente mañana a casa, la familia entera está deseando verte de nuevo.-dice de nuevo esa mujer que me suena tanto.

-No puedo, le he prometido a Kelly que estaría con ella, y no quiero que intuya nada raro-la rechaza, pero luego parece que se lo piensa-Pero esta tarde puedo ir a merendar, ella no estará en casa y no sabrá que me he ido.

Esa mujer acepta. Sus ojos me resultan familiares, muy familiares. Lleva mi mismo medallón en su cuello y su pelo es tan rubio como el de mi madre, ¿y si es mi tía? Le ha llamado a mi abuela "madre", pero es imposible, mi madre me dijo que su hermana estaba muerta. Tengo mis dudas, por lo que aviso a Hugo y a Sandra por un grupo de whatsapp que acabo de crear y los tres no ponemos de acuerdo en que después de la biblioteca, iremos en busca de mi abuela.

La chica del pelo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora