Capítulo 6.

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                                                                                  (Dark Paradise)



Narra Vanitas.

"¿Qué era lo que me estaba pasando?" - Pensé mientras observaba desde a los elegidos en la entrada del castillo.

Por qué reaccioné de esa forma ante Naminé, me mostré tan débil y estúpido ante ella como un adolescente con las hormonas a flor de piel, estaba furioso conmigo mismo. Pero qué puedo decir en mi defensa, yo no me esperaba las preguntas que ella me hizo y mucho menos la forma en la que actuó, y como hizo que mis manos se deslizaran por su cuerpo mientras me susurraba de esa forma al oído hizo que mi mente se quedara en blanco y no supiera que responder. Además, tengo que reconocer que mentí en todo lo que ella me pregunto, nunca en mi vida había estado con una chica, en realidad mi conocimiento del sexo opuesto era casi nulo hasta que la conocí; pero aun así mi orgullo no me permitió mostrarme débil ante ella.

Por otro lado, a medida que observa a Sora, a mi mente venían recuerdos de todas las veces que ella hablaba sobre él con aquella expresión de felicidad, por lo que inevitablemente sentí como la furia invadía mi cuerpo al mismo tiempo que apretaba mi puño. Últimamente cada vez que ella lo mencionaba sentía como esta sensación me invadía, pero no podía explicar el porqué de ello. Lo que sí sabía, y aunque me cueste reconocerlo, la llegada de Naminé a mi vida la había cambiado no sólo por lo normal que se me había hecho discutir todos los días por las cosas menos importantes, sino porque al comienzo lo único que quería era acabar cuanto antes con ella por mi propio placer, pero después de que casi se ahoga, la vez que dormimos por primera vez juntos, cuando la escuche cantar o lo del sofá; ella inevitablemente se había convertido en una parte más de mi vida que debía reconocer que me agradaba y la cual por irónico que parezca fue como un rayo de luz entre toda la oscuridad de mi mundo.

Así que mientras observaba a los elegidos, sobre todo a Sora, el sentimiento perduraba porque sabía que ellos estaban haciendo lo imposible por recuperarla, para alejar ese rayo de luz de mí; por ello había aumentado el número de pistas falsas para interferir en su búsqueda. Me gustaría ver la cara del ratón cuando descubra la sorpresa que le he dejado en aquella cueva.

"No permitiré que me la arrebatéis" - Pensé - "Es hora de hacerle una visita Merlín" - Dije mientras una sonrisa maligna se dibujaba en mi cara a medida que abandonaba el lugar.

Narra Naminé.

Libertad fue la primera palabra que cruzó mi mente al sentir como los rayos del sol me cegaban, aquel portal me había teletransportado a otra parte, pero a cuál.

La respuesta no tardó en hacer acto de presencia cuando mis ojos se adaptaron a la luz del ambiente y delante de mí apareció la figura de un castillo.

"¿E-Estoy en Vergel Radiante? E-Eso qui-quiere decir que soy.... Libre " - Dije cambiado mi estado de ánimo de incredulidad a otro de alegría - "¡Soy libre! " - Grite a los cuatro vientos.

No me importaba quién o qué fue lo que hizo que el portal apareciera en la habitación, porque por fin podía saborear la libertad después de dos meses y medio encarcelada; podría volver a mi antigua vida. Pero de repente, sentí como un sentimiento de tristeza inundaba mi cuerpo ya que volver a mi vida normal significaba dejar atrás a cierta persona, que, aunque me gustará o no tenía que reconocer se había hecho un espacio en el lugar que debía ocupar mi corazón.

Aun así, elimine esos pensamientos ya que lo importaba ahora es que tenía que buscar la forma de contactar con mis amigos.

"Tal vez haya alguien en el castillo " - Dije.

Ecos de un Pasado Lejano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora