Ecos de un Pasado Lejano.

Capítulo 15.

                                                                                 (All Things Go)  

La lluvia bañaba la ciudad, su particular melodía recorría cada uno de los rincones del lugar, un lugar que continuaba bajo un negro manto de luto. Todos los ciudadanos se habían congregado por la gran Avenida de la Vega para ver asistir el acto que el gobierno había llevado a cabo para darle un último adiós a Gerard, el cual consistía en una marcha militar desde las puertas del capitolio hasta el lugar donde este sería enterrado; una marcha en la que a la cabeza de todo iba el escuadrón Omega. Los cinco caballeros Prometeo llevaban en sus hombros el ataúd de su capitán mientras que detrás de ellos iba todo el ejército, a su vez, a medida que estos recorrían su camino los ciudadanos tiraban pétalos de rosas blancas cubriendo así todo el lugar de una fina capa blanca a medida que estos avanzaban.

Y así la marcha emprendió su camino hasta el lugar donde se le daba sepultura a los ciudadanos, el Panteón de Átropos, un edificio que se encontraba en una pequeña isla al noroeste de la ciudad, dicho edificio consistía en una colosal torre de base hexagonal compuesta por doce pilares de acero pulido que se agrupaban, de dos en dos, y que a medida que ascendía se estrechaba un poco desde su base a la punta dando lugar a una curvatura que embellecía más la edificación. A su vez el edificio se estructuraba en veintidós módulos hexagonales, de un acero más oscuro que la noche, que guardaban separación unos con otros, rompiendo así con la continuidad; sin duda alguna una, una de las obras más importantes de toda Aldebarán. (N/A: El edificio en el que me he inspirado es el Sky City 1000 de Tokio).

En dicho edificio se encontraba esperando Anne junto con el resto del consejo y ciudadanos, esta iba completamente vestida de negro y a diferencia de todos los presentes que llevaban paraguas a juego con su monocromática ropa negra ella no, ya que quería sentir como la lluvia la impregnaba por completo. Y así la hacía sentir que esto no era un sueño sino una triste realidad de la que quería evadirse, a pesar de todo lo que había vivido horas antes todavía le costaba creerse que Gerard hubiera estado ahí, pero por un momento prefiero creerle al corazón que a la razón.

"Ya está llegando" – Le dijo Tam y entonces esta observó como la multitud cruzaba el puente que cruzaba la bahía de Aldebarán (N/A: Para el puente me imagine el Puente Erasmus, de los Países Bajos). Al instante está sintió como si le estrujasen el corazón y agradeció de nuevo a la lluvia, por camuflar sus lágrimas.

Poco a poco el ataúd que traía el cuerpo del padre de su hija se fue acercando hasta prácticamente tenerlo al lado, podía ver a través del pequeño cristal la cara de este, tan relajado; y pensar que hace nada estaba lleno de vida. Ni siquiera había tenido una oportunidad para despedirse de él. Por un momento quiso derrumbarse, pero se controló.

Todo el mundo la estaba observando así que no le quedó otra que respirar profundamente y acompañar a los chicos junto a Tamara. Sólo ellos siete, nadie más, quería que el entierro fuera algo intimo por lo que una vez llegados a las puertas del panteón, solamente ellos entrarían al lugar.

Una vez el grupo entro a la instalación y las puertas se cerraron detrás de ellos, estos tomaron uno de los ascensores hasta el antepenúltimo modulo y durante la ascensión todo el mundo permaneció completamente callado; nadie se atrevía a decir nada. Al llegar a dicho lugar, una compuerta justo en medio del suelo del lugar se abrió para dejarlos entrar y rápidamente cerrarse a sus pies.

El lugar era un espacio completamente hueco, como una especie de maseta, las paredes del enorme lugar eran de obsidiana las cuales se encontraban talladas para formar un mapa estelar, mientras que el suelo del sitio se componía de un circulo de metal, donde se encontraban la compuerta de entrada, y del cual seis caminos, uno para cada cara. A su vez, entre los espacios habían plantados cientos de árboles. Y, por último, en el techo alrededor de la siguiente compuerta había seis enormes lámparas en forma de pétalo.