Capítulo 25.

6 2 0
                                    

                                                                                   (Stand by Me)


Por otro lado, en el castillo, cierta chica recorría las galerías del lugar algo exasperada.

"Por todo lo que he pasado y no soy capaz de sobrellevar esto" – Dijo Tamara mientras seguía caminando a paso veloz por el lugar, aquel mundo de fantasía iba a acabar con ella.

Todavía seguía procesando toda la información de las últimas veinticuatro horas y el hecho de estar rodeada de animales bípedos, que se vestían y hablaban no ayudaba en nada. Por ello necesitaba salir cuanto antes de ahí, encontrar un lugar que se asemejara lo más posible al sitio del que ella venía, un sitio tranquilo y alejado de toda aquella paranoia psicodélica. De ahí la razón de que estuviese recorriendo el castillo en busca de una salida, pero el problema era que nunca estaba sola, ya que los reyes habían ordenado que en cualquier momento estuviese vigilada, por lo visto estaban preocupados por ella; lo cual era un chiste ya que ella sabía precisamente cuidarse sola.

Esta se detuvo un momento y giró su cabeza hacia atrás, el lugar estaba despejado, o eso parecía porque ella bien sabía que aquel par de ardillas psicodélicas la estaba siguiendo.

"Será mejor que dejéis de seguirme, o sino seréis mis próximas ratas de laboratorio" – Dijo a la nada, pero ella sabía que la habían escuchado. Seguido a esto volvió la vista al frente, no pudo evitar suspirar, si todos sus colegas la vieran se mofarían de ella. No se podía creer que estuviera hablando con animales.

Esta continuo su camino, ahora por uno de los pasillos del castillo, no le gustaba admitir que estaba desorientada, pero lo estaba. Sus mapas cognitivos de aquel laberinto todavía eran recientes y mucho distaban de los del Prismodium y Aldebarán. Lo cual la irritaba, ya que era capaz de moverse sin ninguna complejidad por una megalópolis tan compleja como Aldebarán, pero no por un pequeño palacio.

Tamara paró en seco para mirar de un lado a otro, en busca de cualquier señal de una salida, pero todo le parecía tan igual a los otros cientos de metros que había recorrido ya – "Mierda, estoy perdida" – Dijo frustrada.

De repente esta escuchó unas voces a lo lejos, por lo que intrigada las siguió hasta que finalmente volvió a cambiar de lugar, ahora se encontraba de nuevo en una galería, pero da la casualidad de que esta sí la conocía. Esta daba al jardín donde había sido teletransportada. Sin más, Tamara se resignó y acabó apoyándose en la barandilla para ver el jardín.

Esta observó detenidamente el lugar, tenía que admitir que el sitio era esplendido, no tenía nada que envidiarle a Aldebarán, desde su punto de vista esta arquitectura era mucho más increíble que la futurista, metálica y fría de la que estaba compuesta la ciudad.

Las voces volvieron a oírse, esta vez bastante más cerca, por el rabillo del ojo esta pudo ver que en el otro extremo del pasillo dos figuras se aproximaban, pero no pudo verlas muy bien. Por lo que sin más se limitó a seguir apreciando el lugar, seguramente serían dos extraños que al verla se quedarían pasmados igual que había hecho todo aquel con el que se cruzó desde que había llegado; la trataban como si fuese una especie de alienígena. Algunos incluso llegaron a hacerle una reverencia, en cambio habían escuchado a otros que hablaban por lo bajo que ella era uno de los antiguos, como si fuera algún de deidad, al que había que darle las gracias porque según lo que había escuchado por ahí, los antiguos eran los que habían ayudado a todos los mundos ser lo que eran en la actualidad.

"Si ellos supiesen" – Dijo ella sarcástica – "Me gustaría saber la leyenda que ellos tienen sobre lo que éramos nosotros"

En pocas palabras, la noticia se había extendido como la pólvora y ahora todo el mundo corría para poder ver a la chica de las estrellas, así era como la habían apodado, también había llegado a escuchar que se referían a ella como la enviada de las estrellas. Puras gilipolleces. Lo menos que necesitaba era que la tratasen como una diosa o una enviada de estos, ya había tratado una vez con alguien así y lo menos que quería era que las cosas se volvieran a repetir.

Ecos de un Pasado Lejano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora