(All Things Go)
Y a pesar que Tamara pensase que todo aquello había sido cosa de un día y a medida que pasase el tiempo todo mejoraría, la realidad era completamente otra, aquel día marcó el comienzo de una etapa de infelicidad absoluta, propiciada principalmente por Ventus quien nunca le hacía caso, actuaba de una forma tan fría y distante las pocas veces que estaba con ella debido a su nuevo rango que a veces prefería ni verlo, el amor que él le había demostrado y prometido, sólo fueron puros cuentos ya que lo único que le demostraba era el estorbo que ella era para él. Lo peor era que esta seguía demostrándole el amor que sentía hacia él, ya que todavía seguía amándolo, pero se notaba que el sentimiento ya no era algo mutuo.
Muchas veces mientras dormía sola o acompañada por este, que era casi lo mismo ya que siempre le daba la espalda, recordaba lo que Anne le había dicho, de que cuando la cosa se hiciese insostenible cortara de una vez con todo y había veces en la que se planteó hacerlo, pero rápidamente lo reusaba ya que se había hecho a la idea de que sólo era una cuestión de tiempo, todos los matrimonios pasan por cosas así y tarde o temprano esto acabaría mejorando. Se había hecho a la idea de que ella sería capaz de cambiar todo esto, de que fuese lo que fuese que había entre ambos resurgiría.
Por ello durante todo el primer año de matrimonio no le quedó otra que aguantar el hecho de que Ven nunca estuviese, de que no fuese cariñosa con ella, de que cuando estuviese él la tratara como un estorbo o actuado como si no estuviera, pasó por alto muchas cosas más como el hecho de que él no se acordara de su cumpleaños o aniversario mientras que ella sí; o también de cuando se iba de misiones de las que sólo se enteraba por medio del consejo y se pasaba noches en vela, rezando para que volviera sano y salvo, y para cuando lo hacía la tratase como una mierda.
A veces todo esto hacia que aguantar en aquel agujero negro, que llamaba matrimonio, el cual la estaba consumiendo poco a poco lo hacía difícil, pero ella buscaba las formas de seguir haciéndolo y una de ella era evitar pensar día y noche en todo lo que estaba viviendo, y una forma de ello fue mantener la mente ocupada. El trabajo ayudaba a ello, desde que se había revelado contra su abuelo y nunca más le dirigió la palabra, sólo para lo estrictamente necesario, la había castigado de una forma bastante sutil la cual se basaba en tenerla dando saltos por toda la ciudad haciendo cosas importantes para el consejo.
Pero a su vez no la terminaba de llenar, por ello comenzó a pasar más tiempo con la hija de Anne, la pequeña Naminé crecía bastante rápido, todavía podía recordar aquel día cuando la vio entre los brazos de su madre y ahora ya tenía un año y poco más, esta había sacado el lado aventurero de su padre y ahora que sabía caminar nadie la podía parar. La cuidaba como si fuese la hermana pequeña que nunca tuvo.
"Y dime ¿Qué tal va todo?" - Le preguntó Anne mientras le servía una taza de té – "Se te echa de menos por el consejo"
"Últimamente estoy un poco ajetreada con tantos proyectos e investigaciones que estoy llevando a cabo"
"Me alegro, se nota que lo que haces te gusta"
"Sí, la verdad es que no me puedo quejar"
"¿Y cómo va todo con respecto a ti y Ven? Olette me ha dicho que no es que precisamente vayan bien" – Dijo esta algo más preocupada
Al instante la chica se tensó, no recordaba haberle dicho nada a Olette ¿Acaso la estaría espiando de nuevo? Entonces esta volvió a la realidad para darse cuenta de que estaba tardando demasiado en contestar y por la mirada que estaba dándole Anne, sabía que esta la estaba analizando. Tenía que dar una respuesta creíble, no podía decir toda la verdad.
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Ecos de un Pasado Lejano.
FanfictionUna serie de sucesos extraños están ocurriendo en la vida de Naminé, noche tras noche la misma pesadilla se repetí. Pero un día ella encuentra un libro, el cual podría contener la respuesta a estos extraños sueños. Lo que no se esperaba era adentrar...