Capítulo 22.

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                                                                              (Gods and Monsters)


"¡Naminé, Naminé! ..." – Escuchaba como me llamaban a lo lejos.

Poco a poco fui abriendo los ojos, mi vista estaba borrosa, pero podía percibir el parpadeo de luces, la cabeza me dolía una barbaridad. Traté de incorporarme, pero en el acto caí al no poder mantenerme en pie,

"Joder... Sabía que toda esta mierda no podía ser tan fácil... ¡coño!" – Maldecí mientras me ponía a gatas para intentarlo de nuevo.

"¡Naminé por favor si estás ahí contesta!" – Escuche cómo me decían.

Rápidamente tomé la radio para contestarle.

"Tam... estoy aquí" – Le dije algo mareada todavía. La pude escuchar suspirar aliviada.

"¡Dios! Qué alivio.... Cuando te vi caer pensé que todo se había acabado"

"Es más complicado de lo que parece acabar conmigo" – Le dije mientras me terminaba de levantar, esta se rio ante mi comentario.

Cuando todo me dejo de dar vueltas, pude ver que la cabina estaba completamente destrozada, las luces del techo se habían desprendido y no paraban de tintinear, había cientos de cables que salían de las paredes y no paraban de echar chispas. Todo estaba bañado por una luz roja.

"Nams, estoy en la sala de control, el sistema me permite ver donde estás"

"¿Y exactamente dónde es donde?"

"Has caído diez niveles por debajo de donde estábamos"

"Genial... debo estar al lado seguro del bendito generador"

"Que va, todavía te faltan otros veinte niveles para llegar a él, lo que pasa es que ese ascensor no llegaba hasta el final"

"Bueno no creo que desde aquí me cueste tanto llegar hasta donde estás tú, dime una forma de llegar" – Le dije. Pero hubo un silencio prolongado – "Tamara ¿Ocurre algo?"

"Nams, si vieras lo que veo yo..."

"¿Qué quieres decir exactamente con ello?"

"El sonido del choque del ascensor los ha alertado"

Cuando dijo aquello sentí como una helada corriente eléctrica me recorría de arriba abajo.

"Puedo verlos a través de la pantalla yendo de un lado a otro, pequeños puntos rojos que corren de un lado a otro de los pasillos. Los puedo oír a través de las paredes, sus pasos y gritos"

"¿Sabes si están donde estoy yo?"

"No puedo, la poca energía que tiene la sala sólo me permite conocer el estado de los niveles cercanos a ella"

"¡Maldición! ... ¿Y qué se supone que hago ahora?"

"No te queda otra que ir a la sala de generadores y activarlos, cuando todo el sistema este al cien por ciento operativo seré capaz de usar la propia instalación para alejarlos de nosotras; pero ahora lo único que nos queda es ser sigilosas"

"Entiendo"

"No te preocupes, yo te guiare, la sala se encuentra cinco niveles por arriba de ti"

"De acuerdo"

"Lo primero que debes hacer es salir de ahí" – Me dijo.

Después de que ella dijera, mire de un lado a otro en busca de una posible salida hasta que la bombilla se me encendió. Me acerqué hasta la puerta y clave mi piolet en medio de estas para comenzar a hacer palanca.

Ecos de un Pasado Lejano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora