Capítulo 18.

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                                                                                   (All Things Go)


Aquel extraño acontecimiento había marcado un antes y un después en la historia de la ciudad, nadie sabía lo por qué el cristal había hecho eso y mucho menos que lo había provocado, por ello todos los estudios científicos fueron dirigidos en averiguar el porqué de aquel extraño acontecimiento. Por otro lado, si bien era cierto ciudad no sufrió ningún daño grave, sólo unos cuantos desperfectos en las zonas más cercanas al cristal, los ciudadanos estaban realmente asustados del cristal ya que, si el mismo consejo desconocía las causas de aquello, nadie les podía asegurar que eso no volviera a ocurrir. Por ello el consejo tomo la iniciativa de que cada miembro llevara a cabo algún tipo de tarea que sirviese para disminuir el miedo entre los ciudadanos.

Y precisamente la tarea que le toco a Tam, la cual era destinada a la infancia y encargada por su propio abuelo, era la redacción de un pequeño cuento que hablase sobre la ciudad, la grandeza de esta, sus habitantes y demás cosas, pero principalmente centrándose el cristal como un ser al que no había que temer. Esto a la chica le pareció una estupidez desde un primer momento, ya que, aunque la idea podía llegar a ser buena, de nada servía intentar tranquilizar a los niños si después en sus hogares veían sus padres tenían miedo de este.

Pero no le quedaba otra que asentir y sonreír, pero aquello no significo que no se pudiese divertir ya que junto con la ayuda de Olette y Will, se les ocurrió la idea de meter en aquel dichoso libro una serie cosas que se hiciesen pasar como acertijos para que todas las generaciones futuras que leyesen aquel maldito libro se las creyesen y comenzaran la búsqueda de algo que en realidad era pura mentira. La mejor de todas fue cuando pensaron en la posibilidad de que su libro saliera de Pangea hacia otros mundos e idearon un acertijo lleno de misterio, cuya respuesta se encontraba en las páginas de aquel libro, el cual era una forma de hallar la ciudad y todo lo que esta guardaba. A su vez cuando el libro fue editado y publicado, Tamara tuvo la gracia de coger un ejemplar en el que metió un poema erótico que había leído por algún lado y darle aquel libro a Ventus como el original; la verdad fue que valió bastante ver la cara que puso cuando al final de todo, antes de la dedicatoria se encontraba aquel poemita y lo leyó. Y así fue como nació el cuento Un Puente Entre Dos Mundos.

A pesar de estas medidas no consiguieron calmar a la población como esperaban, ya que la incertidumbre de que aquello se volviese a repetir jugaba en su contra y más cuando había días normales y otros en los que el cristal volvía a presentar un comportamiento inusual, pero nada parecido a lo de aquella vez. A esto se le sumaba lo fraccionado que poco a poco se estaba volviendo el consejo, unos que pedían alejar el cristal de la ciudad hasta que todo volviera a estar bajo control y otros que decían que eso era un sacrilegio. El miedo cundía en las calles, el gobierno se estaba dividiendo y el ejército se estaba viendo a arrastrado en aquella fragmentación; unos apoyaban la idea de alejar aquella bomba de relojería de los millones de habitantes de la ciudad y otros creían que como siempre, el consejo sabría solucionarlo. La situación era bastante delicada y no hizo más que empeorar tras determinado descubrimiento.

Tamara se encontraba en la sala de reuniones del consejo, era una gran sala con una enorme mesa redonda donde se sentaban cada uno de los miembros del consejo, su abuelo los había convocados a todos debido a un asunto de vital importancia. En un momento pensó que sería una reunión normal, ya que para su abuelo todo era de vital importancia, pero cuando vio a Ventus en la sala supo que fuese lo que fuese que pasaba distaba de ser una reunión normal, ya que en las reuniones era muy raro, por no decir inusual, que estuviesen otras personas a parte de los miembros del consejo.

"¿Qué haces aquí?" – Le preguntó esta curiosa mientras tomaba asiento al lado suyo.

"No lo sé, tu abuelo me ordenó venir a esta reunión ya que tenía algo de vital importancia que comunicar" – Dijo este.

Ecos de un Pasado Lejano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora