Chica Mala (Origen) (BORRADOR)

Origen IV

15 MARZO

¿QUISIERAS SALIR CONMIGO?

Serena salió de su habitación y escucho pequeñas carcajadas por parte de su madre y el nuevo novio de esta, por fin Sonia le había dado el sí a Ryan y oficialmente estaban saliendo, eso a ella le alegraba en gran parte, ya que Ryan era una buena persona.

Cuando entro en la cocina encontró a Ryan abrazando a su madre por la cintura mientras le susurraba algo en el oído, en sus manos tenían una fotografía que ella no podía ver.

- Entonces... ¿Qué me perdí? – preguntó desde la lejanía.

- Pues, Ryan le ha robado una fotografía a su sobrino, ven a ver.

Serena se acercó y vio la fotos en las manos de su madre, un niño con grandes cachete regordetes, su cabello negro caía libremente sobre sus ojos marrones, en sus manos había una niña de no mas de seis meses, con grandes cejas castañas y su cabello apenas se notaba, sus ojos eran de un azul grisáceo e inmediatamente se reconoció.

- ¿Soy yo? – Ryan le dió una sonrisa y asintió.

- Tome esta fotografía antes de mudarme a Tokio – su madre tomó la foto.

- Estabas tan pequeña – susurró – en fin, ¿tu sobrino sabe que tienes su foto?

- No, la tome prestada.

- Sera mejor que me vaya, Ashley debe de estar por llegar y se pone como loca cuando todavía estoy dentro.

- Está bien cariño.

Le dió un beso en la mejilla a Ryan y luego a su madre, cerró la puerta y suspiró, se sentía contenta, simplemente por el hecho de que su madre fuera feliz. Frente a ella pasó un chico en una bici y por alguna extraña razón recordó a Michael, llevaba días sin hablarle, ya que él usualmente se le escondía, lo que simplemente quería era disculparse por su actitud y por la forma tan dura que le había hablado, pero al parecer ya Michael no quería nada con ella, la estaba abandonando.

Esperó que el auto con chofer de Ashley pasara por ella pero lo que sus ojos vieron la sorprendió mucho más, el auto deportivo rojo de Austin cruzó la esquina y el corazón de Serena comenzó a galopar cual caballo, sus piernas comenzaron a temblar y se olvido hasta de su nombre. Las manos le sudaban y sintió un mini infarto cuando el auto se detuvo frente a su casa, el vidrio delantero bajo y el perfecto rostro de Austin se mostro. Llevaba unas gafas negras que cubrían el azul brillante de sus ojos, la chaqueta de cuero reposaba tranquilamente sobre el espaldar del asiento, el pecho estaba cubierto por una camiseta de lana blanca.

- Hola – le dijo.

Serena miró a los lados pensando que tal vez se había equivocado de persona pero se encontró sola y su respuesta fue señalarse.

La sonrisa de Austin creció.

- Claro que es contigo – le escuchó – sube al auto – Serena frunció el ceño.

- ¿Ashley? – se atrevió a preguntar.

- Ohh, se le ha hecho tarde y me pedio el favor de que te lleve a la escuela, ¿algún problema?

- N...o... no para nada.

- Sube...

Se acercó a la puerta y la abrió dándole una señal con la mano para que Serena subiera. Trato de caminar pero las piernas no le respondían, sentía que si caminaba tropezaría y caería de tropezón contra la acera.

- ¿Subes? - asintió.

Caminó lentamente mirando sobre sus pasos evitando tropezar con cualquier cosa que estuviera sobresaliente y así no caer, vio la gloria y con cuidado subió al célica de Austin y este inmediatamente lo colocó en marcha.