¿Cuánto puede durar la felicidad?
Nathan y Elliot se adentran en nuevos problemas en su relación.
Tantas trabas en su amor parecen afectar su búsqueda: un verdadero felices para siempre.
《2do libro de la Saga Rainbow》
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Nathan.
Me remuevo inquieto. Este lugar no es mi cama.
Intento darme la vuelta pero un golpe me hace despertar. Abro los ojos y me doy cuenta que estoy en el suelo.
Escucho una carcajada a lo lejos.
—Tonto. —Dice su voz.
Me levanto y con la mirada busco algo de mi ropa, encuentro el jean y me lo coloco. Veo a Elliot en la pequeña cocina que está en un rincón del pequeño departamento.
Ignoro la voz en mi cabeza que me dice que le pregunte dónde durmió. Finjamos que todo está bien.
Camino hacia él. Está vestido, lo que me decepciona un poco.
Lo abrazo desde atrás y él se sobresalta.
En todo momento ha estado raro. Desde que volví del viaje no es el mismo. Todavía ni siquiera hemos tenido una conversación decente; no sé qué ha estado haciendo, cómo ha estado, ni siquiera sabía que tenía un maldito apartamento con Kendra.
Claramente me oculta algo y aunque no quiero presionarlo para que me lo diga, no soy tan paciente, necesito que me hable.
Él se deshace de mi abrazo y coloca dos tazas de café en una pequeña mesa que hay en el centro de la cocina.
—¿Has dormido bien? —Se me escapa la pregunta mientras me siento.
No me mira.
Detesto que no lo haga.
—Claro, ¿y tú? —Sonríe y bebe su café.
Asiento sin decir nada, mirándolo fijamente esperando poder descubrir que es lo oculta.
—Por cierto —Digo y finalmente unimos las miradas-, ¿Te has seguido hablando con Kyle?
Parece relajarlo hablar de otras personas.
—Sí, de vez en cuando nos vemos. Sigue saliendo con Zack, ¿lo recuerdas?
—¿En estos dos años le has podido ganar? —Suelto una carcajada y él me golpea el brazo.
—Iré a verlo ahora. —Digo.
Quizás Kyle sepa algo del Elliot que desconozco.
—¿Y Kendra? —Pregunto al no ver a la rubia en ningún lado, se supone que vive con Elliot, ¿no?
—No lo sé, no hablamos tanto ya. Casi nunca está en casa... —Lo dice con tristeza en la voz—. Creo que está saliendo con alguien.
Terminamos el desayuno en silencio. Odio no entender qué nos pasó, por qué nos cuesta tanto hablar. Como si nos costara confiar en el otro.
Realmente no estoy seguro de si no me enojaría en el caso que Elliot haya tenido otra pareja en este tiempo. Sería un hipócrita, no podría culparlo. Odio que no lo admita. Odio no entender nada de este Elliot.
