Capítulo 13: Cena familiar. (Sale mal)

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Zack

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Zack.

El timbre suena y sé perfectamente quién es.

Me ajusto mejor la corbata y voy hacia la entrada. Le hago señas a Kyle, que me mira desde el sofá, para que salga de la sala y se esconda.

Es importante que nadie sepa que está aquí. Yo había insistido en que Kyle vaya a su casa para no correr ningún riesgo, pero él insistió en estar "presente".

Me mira con ojos de advertencia que no sé identificar, se acerca a mí para darme un beso rápido y corre hacia mi habitación. En cuanto escucho el portazo abro la puerta de la entrada.

La perfecta cabellera rojiza de Carol está tan lisa y brillante como siempre. Sus labios igual de rojos que su cabello, tienen una sonrisa enorme que dejan ver sus dientes blancos y perfectos. Todo en ella grita: modelo.

Lleva en sus manos una botella de vino. No tengo que ver el nombre para saber que es de lo más caro y mejor. La dejo pasar.

Ella intenta darme un beso en la mejilla y yo la esquivo.

—¿No que somos novios? —Sonríe jugando.

—Solo delante de mi padre.

—Sí, pero tendremos que practicar para que sea creíble, ¿no, amor?

Pongo los ojos en blanco pero ella no me ve, ya se ha adentrado en la sala.

Me apresuro a colocar el vino en el refrigerador. 

—¿Tu novio? —Pregunta ella mientras se quita el saco negro dejando ver un vestido azul aterciopelado demasiado... provocativo para una cena con mi padre.

—En su casa. Por favor, no lo menciones durante la cena. —Le pido sinceramente.

—Yo no lo haré, pero estoy segura que tu padre hablará mierdas del pequeño Cooper. 

Eso no lo iba a dudar e iba a tener que hacer un gran esfuerzo por contenerme.

—¿Tu madre y tu hermana no vendrán? —Pregunta.

Ambos nos sentamos en los sillones. Se escucha un ruido parecido a un golpe proveniente de mi habitación, estúpido Kyle.

Intento disimular con una tos. Patético. Espero que Carol no lo haya notado.

—No, ellas no quieren verlo. A él le diré que ya te he presentado con ellas. Mamá y mi hermana están al tanto de nuestra falsa relación.

El silencio se forma y otro ruido vuelve a escucharse. ¿Qué demonios está haciendo el rubio imbécil?

—¿Seguro que estás solo? —Levanta una de sus cejas y sonríe. Lo sabe.

El timbre suena. Mi padre ha llegado. Estoy salvado; bueno... salvado...

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