Capítulo 4: Prohibido.

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Kendra

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Kendra.

Claramente la lluvia y mi cabello no se llevan bien.

Corro para buscar refugio dentro de las puertas de la universidad. Estoy llegando tarde a la clase y encima estoy empapada hasta las medias.

Un escalofrío acompañado de un estornudo me recorre el cuerpo. Hoy no puede ser un buen día.

El día pasa de forma lenta y aburrida, no ha dejado de llover en ningún momento, ya estoy viendo que me toca mojarme de nuevo a la vuelta.

Camino por los pasillos ahora vacíos, deseando llegar a casa cuanto antes.

Mi teléfono suena y tardo varios minutos en encontrarlo en el lío de mi bolso; el remitente marca "Pitufo"

No quiero hablar con él. Hace varias semanas que a penas puedo mirarlo a la cara. Él está raro y no me dice por qué, y yo no puedo contarle mi secreto. No sé en qué momento dejamos atrás la confianza de los mejores amigos que se contaban todo.

Le contesto la llamada de todas formas. No puedo ignorar al enano.

—Nena, necesito tu ayuda. —Escucho su voz un poco preocupada.

—¿No puedes esperar a que llegue a casa? —Le digo. Quiero hablar las cosas con él de frente como en los viejos tiempos.

—Pues... no estoy en casa.

—¿Entrenando?

Se escucha un silencio largo con murmullos de fondo.

—Eh, no. Hablamos en casa a la noche, ¿sí?

Y corta de repente. Como dije: raro.

Guardando nuevamente el móvil me choco contra algo, que levantando la vista me doy cuenta que es un alguien.

Mis ojos se cruzan con los de él, los que tanto admiraba de lejos. Erick Henderson me devuelve la mirada.

—Vi que llovía y decidí venir a por ti. —Dice pero yo sigo un poco hipnotizada con él—. ¿Estás bien?

Pestañeo varias veces pero no despego la mirada de la suya.

—Sí, gracias. ¿Ella sabe que estás aquí?

Sonríe un poco malicioso y eso hace que me suba la temperatura al momento.

—¿En serio preguntas? —Me guiña un ojo.

Él me toma de la cintura y, a penas atravesamos la puerta, abre su paraguas y nos cubre a ambos. Nos dirigimos hacia el estacionamiento.

—Elliot no está en casa... —Le digo.

Me estoy arriesgando mucho al llevarlo al departamento, Elliot podría llegar en cualquier momento pero lo necesito y no tenemos muchos días para nosotros.

White. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora