XIV
Adiós mi morada...
Sé que no volveré a sentir el frío de tus paredes,
no volveré a sentir la humedad de tus piedras
ni el sosiego de sentir en tus entrañas refugio.
Tus fríos labios me escupen al vacío,
me vomitan al hades,
regurgitan mi vida entre bilis y ácidos
que consumen mi ser.
Adiós mi morada prisión de mi esperanza,
prisión de la ilusión que un día me inundó.
Prisión que en sufrimiento ha llevado mis huesos
secándolos hasta el tuétano con todo mi dolor.
Refugio que en mis llantos anegó mi consuelo.
Refugio que en mi amargura me otorgó dulce luz.
Refugio que aunque agrio y rodeado de tortura
me otorgó un segundo de alivio con su paz.
Ahora camino arrastrando mis huesos,
reptando por la vida que me han de arrebatar.
Ahora miro las férreas paredes que tanto he odiado,
la fría piedra que tanto he maldecido,
y me parece el hogar que tanto he de añorar.
El agua que me diste Señor se ha consumido.
El agua del aliento ya no la veré más,
y miro hacia el rincón que acunó mis ensueños
y miro y me despido y me dejo arrastrar.
Y miro y me despido y tan solo un suspiro
de adiós ...
es libertad.
Tan solo un suspiro que escapa agazapado
y susurra a mi oído:
— Ya todo va a acabar.
Ya todo ha terminado.
Ya...todo da igual.
Y adiós con desconsuelo.
Y adiós sin respirar,
porque sé que me espera un duro y cruel final.
Qué amarga despedida amor...
Qué agónico final.
Y en mi despedida amor recuerdo tu partida...
recuerdo que aún más dura fue nuestra despedida
que no me permitió, amor,
besar tu caminar hacia la eternidad.
Adiós morada fría...
Adiós...
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PRISIONERO
PoetryUn prisionero político, religioso, de guerra..., sobre todas las cosas un ser humano, espera en una celda el momento de su final y solo el recuerdo de su amada trae consuelo a la extenuante espera del tormento que sabe que está a punto de llegar...