XVIII
Y encadenas mis brazos...
y los cuelgas del cielo...
y mi cuerpo ligero se estremece de miedo.
Y encadenas mis brazos
y los atas al averno,
porque por un segundo
perverso pérfido negro intenso...
Por un segundo
tus brazos,
fuertes recios nervudos corpulentos,
me arrebatan un grito
que todavía aún sin haber nacido,
me anuncia con dolorosas contracciones
la amarga aflicción que voy a pasar.
Tus brazos...
Mis brazos.
Mis brazos al cielo...
Tus brazos infierno.
Mis brazos atados sostienen mi cuerpo.
Tus brazos son libres y embaucan mis sueños
y yo sin quererlo los miro,
los miro y tiemblo.
Los miro y el miedo ofusca mi empeño
porque aquí colgado no puedo luchar,
no puedo siquiera intentar escapar.
No puedo mirarte y cierro los ojos,
no quiero escucharte y no quiero pensar,
no en este infierno,
no en este momento,
no en la aflicción que he de atravesar.
Y cierro los ojos...
y,
cierro,
los,
ojos...
Y en este momento en la oscuridad.
Y en este momento inspiro hacia el cielo
y recuerdo unos brazos,
y recuerdo tus brazos.
Y recuerdo mi amor...
tus abrazos.

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PRISIONERO
PoetryUn prisionero político, religioso, de guerra..., sobre todas las cosas un ser humano, espera en una celda el momento de su final y solo el recuerdo de su amada trae consuelo a la extenuante espera del tormento que sabe que está a punto de llegar...