PRISIONERO

MIEDO

IX

El frío de la piedra que encierra esta celda

me recuerda mi encierro

y ésta, mi soledad.

Me falta tu mirada que me tenía preso,

preso de tu ternura,

preso de la dulzura que ya no voy a hallar.

Qué frío que se siente al ver que no hay salida.

Qué frío que me inunda,

y empiezo a tiritar.

Tiemblo porque aterido,

no encuentro el consuelo,

y tiemblo de agonía y de inseguridad.

El miedo me arrebata.

Me engulle por momentos.

Embarga a mi alma y me oigo sollozar.

Me abrazo entre mis brazos

y mezo mis arrullos,

suspiro entre las sombras

y comienzo a llorar.

Las sombras son nostalgias,

son monstruos que me gritan,

que chillan que me calle y que deje de luchar.

Me empujan a ponerme desnudo en cuclillas

y aquí en esta esquina,

el frío de la piedra me hiela y me congela

y solo siento frío y lloro.

Lloro agazapado en tormentosas sombras.

Lloro acurrucado envuelto en soledad.

Y lloro cuando siento que entre tanto silencio

mi vida ya no es vida

y solo aquí me espera,

esperar mi cruel final.