XXIV
Un golpe en mis huesos me arrebata un gemido.
Retorna mi mente a esta mi realidad.
Me devuelve de nuevo a vivir este infierno,
me devuelve de nuevo a sufrir y a penar.
Y con tu golpe me enfrento de nuevo a la tortura,
aquí en mi presente,
aquí sin nada más.
Desnudo ante la vida,
desnudo ante la muerte,
desnudo me presento ante la eternidad.
Qué poco que duró recordar tu mirada.
Qué poco que me cuesta volver a añorarla.
Qué duro anhelarte y sentirte tan ausente,
tan lejos, tan etérea, un sueño... y tan presente.
Otro golpe me incita a mirarte a la cara
a la vez que por mi rostro rueda una lágrima...
otro golpe, otro más... y ya no lo soporto...
y grito sin querer...
y desgarro el silencio...
y con mis labios partidos te imploro por piedad,
y me reflejo en los tuyos y te imploro clemencia
y te suplico indulgencia
y te mendigo un poco de tu misericordia,
y te ruego por Dios, por tu benignidad.
Tus labios me gritan y escupen a mi vida,
tus labios braman contra mi integridad...
Tu mirada me espeta y guillotina mi alma
y mientras te desgañitas,
me vuelves a golpear.
Un golpe y mi cuerpo se retuerce en el cielo.
Un golpe y mi piel se rompe sin quererlo...
Otro golpe y la sangre se escapa de mi cuerpo
bañando mis suspiros...
Tiñéndome de miedo.
Me azotas y desgarras la piel que me contiene.
Me fustigas y sajas la carne que fui yo,
mientras tus recios labios vomitan tu rencor,
escupen la aversión que has ido acumulando:
Cuánto aborrecimiento,
cuánta hostilidad,
cuánto resentimiento se llega a albergar.
Cuánto odio desmedido,
cuantísimo desprecio guardas en tu interior.
¿Qué hizo que me odiaras?
¿Qué hice en tú interior?
¿Qué provocó tu ira contra mi corazón?
Y contra mi plegaria golpeas mi cabeza,
golpeas mis mejillas,
golpeas el dolor...
¡Y griiitoooo....!!!
Y grito que no hay nada que excuse este suplicio...
¡Y gritooo !!
Y grito que el infierno se ha hecho realidad.
Y grito cuando el golpe se hunde en mi garganta
y siento que no puedo siquiera gritar más.
La sangre me atraganta,
se escapa de mis labios...
mis labios que en un tiempo te quisieron besar.
Y tus labios vida mía,
tus labios fueron vida,
la única razón de mi peregrinar.
Recuerdo esos labios que solo fueron dicha.
Recuerdo esos labios que no quiero olvidar.
Recuerdo esos labios, mi amor.
Tus labios.
Tus labios llaga de amor que me acarician
y me acompañan en este cruel final.

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PRISIONERO
PoetryUn prisionero político, religioso, de guerra..., sobre todas las cosas un ser humano, espera en una celda el momento de su final y solo el recuerdo de su amada trae consuelo a la extenuante espera del tormento que sabe que está a punto de llegar...