BRYON

2 0 0
                                    


Después del desmayo de Justin todo el estadio se quedó en silencio, nadie se esperaba que fuera capaz de salvar a su rival que está malherido. Lo bueno es que ambos están bien y Justin ha ganado la prueba. Ahora es mi turno, y tengo que dar lo mejor de mí, porque mi rival es nada más y nada menos que un hada, es decir que flota en el aire por lo tanto tiene más ventaja.

El estadio está preparado para ver el duelo y yo más o menos. Observo lo que será mi recorrido y no me da buena espina, parece todo muy tranquilo.

El disparo al aire anuncia que el duelo ha comenzado. Los dos salimos disparados hacia los neumáticos, mis pies van todo lo deprisa que pueden, tocan el suelo varias veces en cuestión de segundos. A mi lado, mi rival sobrevuela los neumáticos, por lo tanto, yo acelero mi ritmo.

Por fin hemos salido de los neumáticos cuando a unos metros observo una torre que me hace saber que entre mi edificio y mi objetivo hay una separación. A medida que me acerco no veo ninguna cuerda por la que pasar, simplemente hay un palo bastante flexible y largo. Lo cojo sin pensármelo dos veces y me elevo en el aire apoyándome en él. Cuando mis pies están a punto de tocar el suelo del otro edificio, este sin saber cómo se desvanece. Puedo oír los gritos de Nicole asustada.

Caigo con gran rapidez y debo intentar frenar la caída, pero no puedo asique simplemente me limito a caer dentro de lo que parece ser un rio.

El impacto contra el agua duele un poco, me sumerjo a varios metros de profundidad, asique nado intentando salir a la superficie cuando algo o alguien me lo impide tirando de mí hacia el fondo. Cuando me giro para ver que tira de mí, veo una especie de sirena bastante bella, pero nada en comparación con mi Nicole. Está intentado decirme algo, pero no logro descifrar el que, asique sin esperármelo me suelta y se pone delante de mí.

-Cuidado- creo escuchar. – Abandona la prueba, quieren matarte.

Mi cara debe ser un poema, ¿He escuchado bien? No sé qué decir, dado que no sé si creer si esto es verdad o no.

-Estáis en peligro, salva a Nicole de...- cuando está a punto de terminar su frase se desvanece sumergiéndose hacia las profundidades como si algo tirara de ella.

De repente me doy cuenta de que me estoy quedando sin aire, por lo que nado lo más rápido que puedo. Caigo sobre el suelo cuando he conseguido salir, necesito recuperar el aire perdido, no sé qué será de mi rival, pero aún no lo he visto y eso me extraña.

Diviso una puerta de metal a lo lejos del camino, asique me apresuro a entrar. Todo está en silencio, pero unas manchas de barro en el suelo me hacen saber que alguien ha estado aquí hace nada, ya que el barro está fresco.

Avanzo con pies de plomo puesto que no sé qué me espera, unas voces llaman mi atención y no dudo en abrir cada una de las puertas por las que paso, que son muchas, hasta que doy con la correcta.

Al entrar encuentro una habitación que me resulta familiar, una cama con las sábanas deshechas me hace saber que alguien ha estado aquí, me acerco con cuidado y cuando estoy a punto de llegar encuentro una camisa de chica en el suelo, sé de quién es...

La cojo con mis manos y la analizo, es real, puedo notar el tacto en mis manos, la acerco para poder olerla y sin duda huele a ella...

De repente oigo unas voces con claridad que parecen estar acercándose, asique me escondo en el armario. Al cabo de unos minutos entran en la habitación Nicole seguida de David, a continuación Nicole le planta un beso en la boca.

-¿Y Bryon?-Pregunta David.

-Tranquilo, ese zoquete está entretenido en el estúpido torneo- sonríe maliciosamente Nicole.

Algo me recorre todo el cuerpo, rabia, dolor, impotencia y un sinfín de más cosas. Aprieto con fuerza mis puños e intento tranquilizarme.

Pero estos dos siguen a más, sus bocas unidas me enfurecen cada vez más y no tardo en salir e impactar mi puño en la cara del estúpido de David. Puedo notar como mi puño ha chocado contra su pómulo, por lo tanto, esto debe ser real ¿no?

No me atrevo a decirle nada a Nicole, no me esperaba eso de ella, asique salgo corriendo sin mirar atrás y más enfadado que nunca.

Una pared cercana a la habitación es víctima de mi ira, ya que descargo toda mi rabia sobre ella. Pero debo acabar esto, asique sigo adelante, subo varios escalones, estoy en el piso 17 por lo que marca el letrero de la pared.

Un agujero en la pared me permite ver el cielo azul, y oír los gritos del público, corro con decisión para saltar y poder terminar ya está tortura cuando un tipo se interpone en mi camino, mide unos 2 metros, es ancho de hombros y está bastante fuerte, los tatuajes en sus brazos me permiten relacionarlo con la secta KillProdige, asique sin pensármelo dos veces me pongo en posición de defensa.

El tipo se abalanza sobre mí, pero consigo esquivarlo con agilidad, nos intercambiamos varios golpes en el rostro, pero consigo hacerme con el control y no permitir que me siga golpeando, asique ahora me encuentro yo golpeándolo sin cesar.

Oigo unos llantos que me hacen mirar por detrás de mí, se me cae el alma a los pies cuando veo que es Nicole llorando.

-Suéltala- le ordeno al otro hombre que la coge por el brazo.

Él solo se limita a reír, me abalanzo sobre el tipo que tiene a Nicole, pero antes de que lo coja una fuerza me tira sobre la pared y veo que es el otro tipo, mi espalda cruje al chocar contra el frío cemento y caigo de rodillas. El tipo al que había golpeado se toma la revancha por su cuenta golpeándome sin cesar en el estómago y en el rostro. Después de una serie de golpes el tipo decide parar, noto un escozor en mi ceja izquierda, sé que me la ha partido, puesto que noto como desciende un hilo de sangre, no consigo abrir el ojo derecho bien, por lo tanto, no consigo visualizar a mis enemigos.

Veo tres figuras delante de mí, pero todo me da vueltas, observo con detenimiento unas marcas que llevan en la muñeca se tratan de cicatrices. Intento levantarme para salvar a Nicole pero mis piernas me fallan y caigo de nuevo al suelo, mis rodillas impactan contra el frío suelo.

No consigo levantarme, no puedo ayudar a lo único que me importa en este mundo a pesar de la traición... la amo.

Uno de los hombres saca una pistola eléctrica de su bolsillo y me apunta sin piedad alguna.

-Los mutantes no estáis hechos para compartir el mundo con humanos, por uno que muera no pasa nada...- habla con frialdad – Por lo tanto, ya sabes lo que toca- acaba.

Siento una fuerte descarga en mi cuerpo, caigo tendido en el suelo provocando que mi cabeza impacte con un duro golpe en el suelo...

Lagunas en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora