Lagunas en la oscuridad

BRYON

Me dejo caer sobre el suelo, la fría puerta está consiguiendo que mi espalda se congele, pero no me importa, ahora ya nada me importa... nada tiene sentido puesto que ella se ha ido para siempre. Escondo mi rostro entre mis rodillas y no puedo ahogar el sollozo que tanto me ha estado rompiendo por dentro, nadie se imagina lo mucho que me ha dolido tener que fingir el no querer a los que eran mis amigos y los que ahora mismo están rumbo a un sitio mejor que este, un sitio que no encontrare nunca puesto que no tengo ni idea de donde hayan podido ir.

-Has hecho lo correcto- la voz de la chica misteriosa se escucha de cerca, y aprieto mis puños para no gritarle cuatro cosas, suelto el aire con calma cuando decido enfrentar sus ojos.

-Tú no sabes nada- mascullo furioso mientras ejerzo más fuerza en mis puños para controlar la ira que hay dentro de mí.

-Sabes que has hecho lo correcto- repite pausadamente.

-¡No!- grito furioso mientras me levanto del suelo de un tirón y doy un fuerte puñetazo en la puerta de mi habitación.

Su mirada me repasa de arriba abajo mientras niega con la cabeza, no sé qué me está queriendo decir con eso, pero solo está consiguiendo enfurecerme más y en algún momento puede llegar a descubrir la bestia que llevo dentro.

-Contrólate, bestia – recalca la palabra bestia mientras encara las cejas.

-Ceja de leer mi mente- protesto mientras me cruzo de brazos.

-Bryon escúchame has hecho lo correcto- habla pausadamente mientras intenta acercar sus manos a mi rostro pero no dejo que me toque – O ¿acaso preferías ver a tus amigos en peligro?- su pregunta no me ayuda de mucho en este momento, sé que estoy ayudándolos, protegiéndolos pero el inconveniente es que le hecho daño a la persona que más me importa y todo por protegerla, suena ilógico.

-Hubiera sido más difícil el tenerlos aquí contigo- continúa hablando al ver que no digo nada.

-Al menos estaría con ella...-dejo caer.

-Hubiera muerto imbécil- me grita furiosa mientras me señala con el dedo. Pero esta tía de que va.

-No me insultes, ni te atrevas hablar así...- la encaro sin miedo alguno.

-No entiendes que sería el blanco perfecto, eh- me grita de nuevo mientras sus manos me empujan contra la pared. Sus manos están frías y apenas he notada contacto personal alguno, es decir, es como si no estuviera entre nosotros...

-¿Ahora te das cuenta? -sonríe malévolamente -Pareces más inocente de lo que pensé- pone sus brazos en jarras. Me limito a parpadear un par de veces ante su confesión a lo que parece ser que es un fantasma, me ha dicho eso ¿no? -Bueno a lo que iba, Bryon ahora todo será más fácil de verdad, créeme, no tendrás a tus amigos contigo pero podremos acabar con esto tú y yo sin necesidad de muertes involuntarias de por medio- su confesión provoca un escalofrió en toda mi espalda, no puedo imaginar alguno de ellos muertos y mucho menos a mi pequeña... -¿Qué me dices? ¿Vas ayudarme a descubrir todo e ir por ellos?- su mano tendida en señal de que se la estreche debe ser para entrar en el trato y sin pensármelo dos veces lo hago. No pienso dejar que nada ni nadie les haga daño mientras yo esté aquí eso no pasara.

-Una única cosa ¿Cómo vas ayudarme si no eres hu....?- debo sonar incrédulo pero es la verdad como pretende ayudarme tanto sino está entre nosotros por decirlo de alguna manera. No dice nada simplemente se limita a sonreír antes de dar un pequeño chasquido con sus dedos y lo que sucede a continuación es totalmente paranormal, quiero decir sobre para las barreras de la paranormalidad para encontrarnos dentro de este instituto tan escalofriante. Su cuerpo está elevado a varios centímetros del suelo y una gran luz rodea su cuerpo, puedo ver como su piel está empezando a coger color, y su cuerpo empieza a ser más real... En unos instantes sus pies vuelven a estar en el suelo y luce más que real, su piel es de un tono canela y su pelo rubio cae en cascada hasta sus pechos, y sus ojos... no puedo mirarlos me recuerdan demasiado a Nicole...

-Solucionado-sonríe contenta.

-De acuerdo- me limito a decir mientras la estudio.

-Ahora ya tienes compañera de instituto y de investigación- suelta mientras juega con un mechón de su pelo.

Suelto un bufido me desespera muchas veces...

-Y tú a mi monada- dice mientras me guiña un ojo. Lo ha vuelto hacer, ha leído mi mente de nuevo, pero ¿es que no ha perdido sus poderes o qué? -No... sigo teniéndolos- sonríe. Vale, de acuerdo, desde ahora cuando este con ella no pienso pensar en nada. Simplemente pensare en blanco. Una carcajada por su parte me saca de mis pensamientos -Bueno debo irme- rueda sus ojos y se dirige a la puerta para poner rumbo no sé dónde.

-Por cierto ¿tu nombre?- pregunto incrédulo, un poco más y se me pasa por completo saber cómo se llama.

-Anna- dice sonriente antes de salir de mi habitación. ¿Anna? ¿De que me suena a mi ese nombre? No será... la misma Anna de la que me hablo Nicole aquella vez ¿no? Tengo que informar a Nicole de esto inmediatamente. Cojo mi mochila, me la cuelgo del hombro y salgo decidido a buscar a Nicole para poder contarle esto.