8. Perdida y encontrada

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                      .: Christian :.

Apenas hace ya tres días que Rose se fue sin decir adiós a nadie. Con esa mirada dura que te perforaba en el pecho, sabiendo que hablaba tan enserio que no podrías ni siquiera hacer una broma para relajar la tensión. Una de esas miradas que solo ella puede dar. Una que no puedes contradecir. Una que te deja claro lo que quiere.

No habían muchas cosas que hacer en casa de Abe desde que Rose se fue. Las cosas seguían igual, como si nada hubiera cambiado. Adrian seguía bebiendo y fumando, Jill y Mia seguían fortaleciéndose con el agua, Eddie aún tenía una mirada seria de guardián al igual que los demás. ¿Qué cambió? Algo cambio, sí, algo cambio. Lissa y Dimitri.

Dimitri seguía siendo mi guardián serio, uno que no demostraba emoción a no ser que Rose estuviera cerca, pero ahora ni siquiera con las bromas de Adrian sonríe, antes sí. Entiendo que él quiere de vuelta a Rose o probablemente, le hubiera gustado ir con ella, pero es obvio que puso a su trabajo primero. Yo.

En cuanto a Lissa… Dios… Lissa ha estado encerrada en su habitación. Era como repetir la historia de cuando Rose se fue hace un año para matar a Dimitri que entonces se había convertido en Strigoi. La pena y el dolor estaban con ella en todo momento y he intentado ayudara, pero es casi imposible ya que ella no quiere que nadie lo haga. No puedo quejarme, si fuera ella estaría igual devastado en especial considerando la promesa que le hizo Rose de que cada vez que hiciera un loco viaje que le pondría fin a su vida se iba a llevar a Lissa con ella.

Abe se había marchado al día siguiente. No sé que habrá hablado con Rose, porque ellos lo hicieron antes de irse, pero sé que probablemente Abe le dijo que la recibiría con las puertas abiertas. Ahora nuestro problema era ese. No saber cuándo lo hará.

Intente animar a Lissa durante estos tres días, me era algo imposible, pero finalmente lo lograba, ya casi las cosas volvían a ser como antes para ella. En cuanto a Dimitri, él no era de muchas palabras.

– Lissa – Sonreí levemente al verla acercarse a mí con una sonrisa. Era la primera vez que sonreía desde que Rose había ido.

– Hey – Me besó en la mejilla – ¿Quieres salir?

La mire confundido, pero supe que detrás de su sonrisa había algo oculto, algo que podría traernos problemas. No me preguntes cómo lo sé, solo lo sé. Salimos de la casa y nos sentamos en un viejo columpio cercano en algo parecido a un parque. Abe realmente tenía una gran casa aquí.

– ¿Qué sucede? – Pregunte al ver a Lissa sentada con la mirada agachada.

– Creo… creo que encontré el paradero de Rose – Me miro esperanzada – Podemos ir por ella

Suspire frustrado.

– Lissa, Rose dijo que tenía que alejarse. Yo sé que quieres ir con ella, pero no creo que… – Intente decir.

– Christian, Rose es mi mejor amiga y lo sabes – Me miro seria – Yo tengo que ir. Ella se fue porque pensé que estando con nosotros iba a ser peligroso, la entiendo, yo pienso lo mismo, pero sé que allá fuera, sola, entonces el peligro es mayor

La mire fijamente. El destello en sus ojos dejaba claro lo mucho que deseaba salir de aquí e ir por Rose. Yo también quisiera hacerlo, créeme que quiero, pero no puedo dejar que salgamos. Era peligroso.

– No, lo siento – Negué con la cabeza. Lissa estaba enojada, se le notaba demasiado en el rostro.

– Entonces iré sola – Se puso en pie. Suspire molesto y la tome de la muñeca para evitar que se fuera.

– ¿Y qué harás entonces? – Pregunte enojado – Bien, sales de aquí y te diriges a donde ella está... ¿Y luego? ¿Qué harás para defenderte? Lissa, allá afuera está lleno de Strigoi. Si te ven, te matan

Instintos de Dhampir, Rose y DimitriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora