10. Sueño espiritual

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                            .:Dimitri:.

Acaricie la mejilla de Rosa con mis dedos suavemente mientras ella me sonreía con dulzura. Nos besamos suavemente. Nosotros nos encontrábamos en la sala, sentados en el chaise longue viendo una película juntos. Ella se había aburrido a los pocos minutos debido a su poca paciencia y se sentó de rodillas frente a mí. Yo seguía recostado mirándola con una sonrisa.

– Odio no estar haciendo nada – Comentó posando su frente en la mía – ¿Podemos comer?

– Siempre hambrienta – Acaricie su mejilla divertido – Y estamos haciendo algo. Nos besamos

– Sí, pero necesito hacer algo más – Gimió con una mueca – ¡Uh! Hagamos tacos

– Todo se relaciona con la comida, ¿cierto? – Me reí divertido – ¿Sabes algo? Te amo demasiado

– Y yo a ti, Camarada – Me besó en los labios fugazmente – Pero necesito moverme, ¿vamos a pasear?

Me reí entre dientes.

– Santos cielos, tienes la paciencia de un maní – Dije divertido. Ella me abrazo con fuerza y se recostó a mi lado en el chaise longue.

– Creo que podría estar sin hacer nada por horas si tan solo pudiera quedarme abrazada a ti durante mucho tiempo – Dijo ella recostando su cabeza en mi pecho – ¿Por qué siempre que vemos películas elijes del viejo oeste? Quiero algo de acción, emoción, peleas, amor… no vaqueros

Me reí divertido mientras la besaba en la parte superior de la cabeza. La abracé con fuerza volviendo a mirar la película. Ella siempre se quejaba cuando se trataban del viejo oeste, pero yo no podía hacer nada. Me gustaban las películas así. Realmente somos diferentes.

– No te imagino como un cowboy – Dijo ella divertida – Pero sé una cosa… serás mi cowboy favorito

– Oh por favor no me llames – Me lamente. Ella rió divertida y me miro.

– No lo creo – Me besó en la mejilla – Eres Camarada y yo Roza. Así de simple

Le sonreí complacido y la abracé con más fuerza. Nos quedamos allí abrazados, Rose no dejaba de hacer preguntas sobre la película, obviamente ya estaba comenzando a molestarse y aburrirse, demostrando así una vez más que no puede estar mucho tiempo sin hacer algo.

Nos quedamos dormidos allí, con la película corriendo. Cuando abrí mis ojos fue por un ruido que me despertó a mitad del día. Solté un suspiro exasperado y pase una mano por mi cabello. Iba a volver a dormirme cuando me di cuenta de que tenía una manta encima y de que Rose no estaba.

– ¿Roza? – Me levante del chaise longue y busque con la mirada hasta encontrarla afuera. Ella estaba corriendo alrededor del lago. Usaba unos pantalones negros ajustados, pescadores, de gimnasia, zapatillas blancas y una polera sin mangas, color negra. Su cabello atado en una cola de cabello.

Salí de la casa y la mire confundido. En cuanto me vio se acerco tranquila colocando ambas manos en su cadera – Hey, deberías estar durmiendo

– Al igual que tú – Dije – ¿Qué haces?

– Te lo dije, no puedo estar sin hacer nada y lo peor de todo es que la semana apenas comienza – Gruñó – Creo que si dejo que Abe me ponga la camisa de fuerza al menos intentaré quitármela. Estaría haciendo algo, ¿no?

Asentí lentamente.

– ¿Vamos a dormir? –

– Ah, no lo sé – Dijo insegura – Camarada, estaré bien, ve tú

Instintos de Dhampir, Rose y DimitriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora