Instintos de Dhampir, Rose y Dimitri

24. Ataque

.: Rose :.

Me separé de Dimitri en cuanto Adrian menciono que la casa estaba rodeada por Strigoi y mire por la ventana. Podía ver más de la cantidad que atacaron a Eddie y Jill. Apreté los puños y luego fruncí el ceño al ver a aquel que me quería convertir en un Strigoi sonreírme maliciosamente, esperando a que abandonara la casa.

Lancé un improperio entre dientes y luego retrocedí. Apreté los puños y los dientes mirando hacia afuera como los Strigoi subidos en los techos, apoyados en las paredes, sentados en el suelo nos miraban fijamente esperando a que alguien abandone.

– Por ahora no podemos hacer nada – Dijo mi madre seria – La barrera será lo mejor para protegernos por ahora, cuando salga el sol estaremos a salvo nuevamente

– Es mejor ir a descansar – Dijo Eddie coincidiendo – Al menos los Moroi y nosotros tomaremos turno

– Yo estaré en vela toda la noche – Dije mirando a los ojos del Strigoi – Ustedes pueden ir a dormir

– ¿Estás loca? – Pregunto Dimitri serio – No te vas a quedar toda la noche sola

– Sí porque tú tienes esa herida en el pecho, Janine no puede mover el brazo y Eddie apenas puede caminar – Dije seria. Pude notar que Lissa y Adrian curaron las heridas, pero como el Firedark era un poco más fuerte este no se fue del todo. Las heridas estaban presentes aún, solo que de una forma más débil.

– Oh Dios – Mire a Sydney – Debí quedarme en Nueva Orleans

– Es posible – Musite divertida. Ella me fulmino con la mirada y luego suspiro pesadamente – Sin embargo nadie te va a hacer daño

– ¿Cómo lo sabes? Estoy rodeada de colmillos y criaturas de la noche – Dijo ella preocupada.

– Porque yo soy tu amiga y no lo permitiré – Sonreí.

Ella me sonrió aliviada, volví a mirar al Strigoi y luego baje la mirada un poco más tranquila. Nadie quería ir a dormir puesto que todos tenían miedo de la cantidad de Strigoi que nos estaba rodeando. Yo estaba en la cocina sirviéndome un poco de limonada cuando Lissa entro.

– Deberías cambiarte de ropa – Dijo ella preocupada.

– ¿Qué hay de malo con está? – Pregunte tomando el vaso. Estaba usando una camisa cuadrille azul con rosado, blanco y negro, estaba abierta y revelaba una camisa de tirantes color morada. Luego unos jeans azules y unas zapatillas.

– Está algo… manchada de sangre – Dijo con una mueca.

– Es mi brazo – Me reí remojándolo en el fregadero – Uno de ellos me mordió

– ¿En el brazo? – Pregunto preocupada. Se acerco a mí y me curo sin problemas – Deberías ser más cuidadosa

– Creo que es lo último en que estaba pensando cuando vi a ese Strigoi – Dije sonriendo despreocupada – Hey, deberías ir a dormir, ¿no?

– Arruine la cita de Eddie y Jill con mi idea de que fuese en el campo – Dijo preocupada – Hubiera sido mejor en el balcón

– Estuvo bien en el campo – Dije sonriendo – Casi se besan

– Sí lo sé – Me sonrió emocionada – En cuando sentí tus nauseas me asuste y luego salí de tu mente así que no sé como termino la pelea y por lo visto bien