18. El secuestro

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                               .:Rose:.

Lissa y yo estábamos sentadas sobre un muro, yo con las piernas cruzadas sobre el muro, en forma de meditación, y ella con las piernas colgando. Eddie estaba a mi lado sentado de una forma casi simular, una pierna colgaba y la otra estaba doblada. Frente a nosotros estaba Christian y Dimitri. Estábamos en el campo ya que Christian quería que Dimitri le enseñara algunos movimientos y él acepto.

– Me parece que él debería mover un poco más ligeros sus pies – Dijo Eddie sonriendo – De ese modo le será más fácil atacar a Dimitri. Se moverá más rápido

Asentí. Dimitri tomo a Christian de la muñeca y se la doblo hacia abajo, Christian se quejo un poco y luego intento soltarse, pero algo me dice que terminará con un esguince por la forma en como lo hizo.

– Hola chicas – Mia apareció de la nada detrás de nosotras y se apoyo en el muro – Y chico

– Hola Mia – Sonrió Lissa – ¿Y Jill?

– Fue con Adrian al pueblo – Sonrió Mia – ¿Aún practicando?

– Llevan más de una hora – Dijo Lissa sonriendo – Christian está haciendo su mejor esfuerzo

Dimitri lo tomo del brazo para inmovilizarlo y luego con su tobillo choco el pide derecho de Christian y lo lanzó al suelo. Retrocedió y se quito el sudor de la frente.

– Eso le va a dejar un moretón – Dijo Mia preocupada.

– Lo curare – Dijo Lissa sonriendo – Solo es un pequeño raspón, ¿no?

– Ver a dos chicos pelear así me parece bien, siempre y cuando sea en entrenamiento – Dijo Mia – Se ven bien

– Hey, cuidado que están ocupados – Dijo Lissa riendo. Mia rió también.

No dejaba de mirar a Dimitri con una sonrisa, realmente lucia sexy con el sudor en su cuerpo y pateándole el trasero a Christian. Usaba una polera negra de mangas largas, aunque estaba arremanga hasta los codos y unos pantalones negro suelos. Su cabello estaba atado en su típica cola y lo hacía lucir aún mejor.

– Creo que me enamore del profesor – Dije con una sonrisa devora hombres. Dimitri me regalo una sonrisa sin haber escuchado lo que yo dije, aunque imagine que él ya lo estaba pensando por mi sonrisa.

– Eso no es nuevo – Dijo Lissa divertida.

Aquello hizo a los chicos reír, pero ni Christian ni Dimitri lo escucharon ya que siguieron. No sé que sucedió, pero Christian comenzó a trotar y entonces recordé la primera regla de Dimitri: correr. Él lo puso a trabajar la resistencia.

Me baje del muro y me acerque a Dimitri mientras Christian seguía corriendo por el campo. Coloque mis manos a mis caderas y mire a Dimitri esperando a que él dijera algo, no dejaba de mirar a Christian y apenas si noto que yo estaba ahí.

– ¿Sabes Camarada? – Sonreí levemente – Estoy seguro que contigo como profesor va a llegar lejos

Me miro con una sonrisa y me besó en los labios. Le sonreí – Gracias

Iba a decirle algo, pero vi a mi madre acercarse. Gruñí pesadamente y luego mire a Dimitri, lo besé en la mejilla y me acerque a mi madre. Apenas si habíamos intercambiado palabras después de que yo faltara a la famosa cena con ella y Abe, lo cierto es que no estaba preocupada del todo ya que cuando despertaba ella no estaba y cuando iba a dormir ella no estaba así que básicamente no la veía en todo el día. Creo que me evita.

– Oye, necesito hablar contigo – Dije – Y en necesario que lo haga porque de lo contrarió no podré perdonármelo nunca

– Rose ahora necesito hablar con Dimitri – Dijo con su tono serio de guardián – ¿Podemos hablar después?

Instintos de Dhampir, Rose y DimitriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora