Instintos de Dhampir, Rose y Dimitri

39. A la espera del rescate.

.: Dimitri :.

Corrí por los pasillos de la corte con tres guardianes detrás de mí hasta llegar a una habitación, dos de ellos se agazaparon a los lados de la puerta y el otro estaba detrás de mí. Fruncí el ceño con fuerza y pateé la puerta derribándola. En cuanto cayó al suelo me lancé al primer Strigoi que vi y los otros tres guardianes hicieron lo mismo.

Estábamos en la habitación de la reina y al parecer ellos la habían estado buscando. Al terminar de estacar fruncí el ceño con rabia. Logramos matarlos, pero no habíamos acabado con todos. Me disponía a salir cuando mi vista paso a una foto en la que pude ver a Rose y a Lissa juntas, además de la familia de Lissa, todos juntos en una foto. Había sido tomada antes del accidente, debido a que los padres de Lissa estaban allí.

– Espero que estén bien – Murmuré echándole un último vistazo a la foto y luego saliendo de la habitación. Al estar afuera me encontré con más cuerpos en el pasillo, tanto de guardianes como Strigoi, afortunadamente no de Moroi, pero aún seguía siendo desgracia que los dhampir cayeran.

El amanecer se estaba acercando rápidamente y nosotros seguíamos peleando. La idea era no dejarlos escapar y dejar que se quemaran con el sol. Diez de ellos murieron a causa del sol esa mañana y otros cinco tratando de escapar. Iban a volver al anochecer, de eso estábamos seguros.

– Belikov – Hans se me acerco. Yo estaba mirando por una ventana, buscando los puntos de control para asegurarme de que estuvieran bien.

– Hans – dije.

Él hizo una mueca, con pesar y luego me miró – Deberías ir a la cafetería a comer algo

Asentí lentamente y me dispuse a ir mientras sacaba mi celular para llamar a Rose y saber como estaban, pero lo extraño fue que no me respondió. Decía fuera de servicio. Suspire pensando en que estaría apagado así que me detuve.

– Ellos estarán bien – Dijo Petrov acercándose con una sonrisa – La guardiana Hathaway, Janine, está con ellos

– Lo sé – Dije comprando un simple jugo – Solo espero que estén bien. ¿Cómo crees que rompieron la barrera aquí?

– No tengo ni idea, pero pienso que no es el único lugar – Dijo la guardiana Petrov seria – Quizá, esa cosa del Firedark tenga algo que ver

– Sí, es posible – Asentí.

El día se paso agitado, lleno de estrategias y planes para acabar con los Strigoi. Para cuando cayó la noche nuevamente estábamos listos, pero algo nuevo sucedió… no vino ninguno.

– Es imposible – Dijo un guardián sorprendido – Ya deberían estar aquí

Me encontraba en una línea de ataque, cerca de la entrada esperando a que aparecieran, pero no venían. Entonces algo capto mi atención. Algo azul comenzó a brillar, no muy a lo lejos de nosotros. Lo veía acercarse como una ola y cuando supe que era advertí.

– ¡TODOS ALEJENSE! – Grite. Corrí lo más que pude hasta que lo sentí más de cerca así que me lancé contra el suelo. Era como rayo, ancho y grande, apenas me todo el pelo y a muchos guardianes logro alcanzarlos quemándolos.

Escuche los gritos desesperados, muchos intentado apagar el fuego que crecía en sus cuerpos y quemaba todo a su paso matándolos. Apreté mi estaca sabiendo que detrás del Firedark, había un Strigoi.