9. Sed de venganza

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                          .:Rose:.
Robert Dorus. Robert DorusRobert Dorus. Santos cielos. Ese nombre se repetía una y otra vez en mi cabeza. No dejaba de rondar, dar vueltas, molestarme. Aún tenía la estaca apuntando al pecho de Samara, pero no podía matarla. No podía y no sabía por qué.

– ¡ROSE ESTACALA! –

La voz de Christian no me ayudo para hacerle daño a Samara. Ella noto que yo estaba distraída y me empujo lejos. Caí de espaldas, la estaca cayo de mi mano y mis ojos se abrieron de golpe observándola sorprendida.

Ella me miro fríamente. Eso era una respuesta obvia a que no me iba a dejar vivir. Me iba a matar en ese momento. Yo estaba confundida, no sabía que hacer y de la nada la estaca se le clavo en el brazo. Ella miro a su atacante y yo también. Dimitri.

– Te has salvado por hoy – Samara escapo por la ventana. Yo tenía respiración horriblemente agitada. No sé como Dimitri se libero, pero gracias a Dios que lo hizo.

Intente relajar mi respiración, calmarme, pero no pude así que me deje caer de espaldas en el suelo con la vista en el techo. Robert Doru. Sigo pensando en su estúpido nombre y en lo tonta que fui.

– Roza – Dimitri me abrazo con fuerza y yo le correspondí el abrazo. Por segunda vez me había salvado la vida en lo que se refiere a la Strigoi.

Estaba estupefacta por lo sucedido, creo que entre en shock porque cuando tome consciencia de donde estaba o que estaba haciendo yo me encontraba en un auto en el asiento trasero junto a Lissa. Mi cabeza estaba apoyada en su regazo mientras ella me miraba preocupada peinando mi cabello como si fuera una muñeca.

Me senté en el asiento y mire por la ventana árboles y árboles pasar, borrosos. Estaba oscuro. Yo no sé en donde nos encontrábamos o a dónde íbamos, pero si sabía una cosa... lo iba descubrir.

– ¿Dónde estamos? –

– Camino al hotel – Dijo Lissa sonriéndome – Creo que estabas en shock. ¿Te sientes bien?

– Sí, estoy bien – Sonreí levemente.

Pase una mano por mi cabello y luego mire a Dimitri. Estaba tan serio con su mirada de "soy un guardián en servicio" que ni siquiera noto que yo ya había despertado. Aún así sonreí levemente y mire a Lissa. Ella me miro algo preocupada y paso una mano por mi frente intentando quitar un cabello rebelde.

– Al menos despertaste – Dijo Christian – Ahora dinos, ¿cuál es tu hotel?

– Ahm – Torcí los labios – Capital Hill Hotel & Suite. Debería estar…

– A tres cuadras – Hablo Dimitri por primera vez. Me encogí de hombros al no saber si era cierto o no, pero no importaba de todos modos. Yo solo quería ir a la suite y recostarme a pensar en lo sucedido.

Al llegar al hotel Christian y Dimitri fueron a registrar otra habitación, antes yo le di mi numero de habitación y me fui allí con Lissa. Al entrar en la habitación me quite la chaqueta y la lancé a la cama, luego me deje caer de espaldas mirando al suelo.

– Ordenado – Sonrió – Casi parece que ni siquiera estás aquí, ¿es posible?

– No lo sé – Dije encogiéndome de hombros – Creo que sí. No soy un extraterrestre, puedo mantener el orden

– Lo dudo – Rió Lissa. La mire fijamente y sonreí – Gracias por ir a salvarme

– No tenía opción – Me encogí de hombros – Samara estaba allí, solo fue una coincidencia

Instintos de Dhampir, Rose y DimitriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora