20. Sentimientos mezclados

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                               .:Rose:.
Acababa de volver de un largo trote por el campo cuando al detenerme en la entrada vi a mi madre sonreírme. Ella estaba recargada en la casa de enfrente cruzada de brazos. Parecía que me estaba esperando. Tome el picaporte y la mire con una leve sonrisa.

– Hey, decidiste volver – Abrí la puerta para entrar.

– Estaba esperando – Dijo tranquila – Jill me dijo que saliste a correr

– ¿Cuánto tiempo llevas ahí? – Entre en la casa y me dirigí a la cocina por una botella de agua ignorando a Adrian que me pidió que le llevara una botella de cerveza.

– No mucho. Volví hace como media hora – Dijo sonriendo.

– Te ves alegre – Dije tomando una botella de agua – ¿Acaso el viaje fue entretenido?

Ella me miro sonriendo. La mire a los ojos mientras bebía y luego ladeé la cabeza. Realmente estaba feliz por algo, radiante. Se supone que iría a una misión hace dos días y entonces vuelve más feliz que nunca. Me pregunto si realmente se había ido a una misión, por lo que sé es probable que solo sea una excusa y se haya ido con Abe a un motel. Supongo que mientras no vuelva con un embarazado todo va a estar bien, ¿no?

– Solo negocios – Uy… mala mentira, se le notaba en los ojos. No quise comentar nada de eso así que preferí "creer" su mentira – Cuando llegue me contaron sobre el ataque de Robert hace dos días y sobre el chico. ¿Estás bien?

– Sí, ¿por qué habría de no estarlo? – Pregunte encogiéndome de hombros.

– Mia comento que estabas muy distraída y Jill la secundo – Dijo ella preocupada – Rose, ¿ese chico te hizo algo? Aparte de atacarte

Me lamí los labios dudando de si contarle lo sucedido con los quince segundos hasta que finalmente sacudí la cabeza. No iba a decir nada.

– Solo me ataco de la nada. No recuerdo ni cuando entro – Lo cual no era del todo mentira ya que recordaba haber salido de la casa para revisar algo que estaba frente a mí, en la calle y de la nada cuando volví supe que había algo más. Honestamente no me fije en el momento en que entro así que podría contar como no recuerdarlo.

Ella me miro como si pudiera leer mi mente a través de ellos, cosa que no sería posible porque conozco a mi madre como para asegurar que no lo hará. Al notar que no pudo hacerlo suspiro pesadamente y susurro algo de no saber como yo podía hacerlo. Lo cierto es que se me da bien leer el lenguaje corporal y junto a él lo que las personas sienten, pero no es nada similar al vínculo con Lissa. Con ella es completamente diferente porque yo la siento como si ella fuera yo.

– Mamá – Me miro sorprendida como si llamarla así fuese algo nuevo, pero ya la había llamado así en ocasiones así que no entendía, me detuve a pensar que era lo que a ella le sorprendió y entonces note el tono usado: suave.

– Dime – Dijo apenas conteniendo el aliento, yo rodé los ojos.

– ¿Qué ha pasado en el almacén para que fueses? – Pregunte intrigada.

– Nos aseguramos de que todo fue destruido, fue así, pero… –

– ¿Pero…? –

– Están intentando rehacer sus objetivos – Dijo mi madre preocupada – En otro lugar un poco más alejado del anterior

– Robert – Dije molesta – Es su culpa

– Ya me lo ha contado todo Lissa – Asintió – Creo que si hay forma de detener ésto no es por Robert. Los Strigoi ya tienen en mente una guerra contra nosotros y hay que proteger a los Moroi. No van a sobrevivir solos

Instintos de Dhampir, Rose y DimitriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora