Del Infierno Con Amor【バーダックと チチ】

XIII

(Un sayajin diferente)

Nota:las letras cursivas indican que se narra desde el punto de vista del protagonista(Bardock) y las letras normales son la narración normal.

La noche seguia fria y con ello la lluvia era el que no dejaba descanzar al saiyajin, eso le molestaba en medida ya que estas cosas no le traian recuerdos muy agrios, algo que no deseo hacerlo, pero el cansancio y su memoria teminaron dandole su peor jugada.

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Ha sido demasiado tiempo... Ya no recuerdo cuanto tiempo estuve asi, desde que el hijo de puta de Freezer me envio al infierno con todos los demás idiotas que se negaron a creerme.

En un principio crei que mi exodo terminaria ahi, pero para mi gran desgracia eso era el comienzo; separado permanentemente de mi compañera de toda la vida... Aunque ella no merecia morir, pero se habia ganado un lugar en el paraíso...despues de todo, ella no era como nosotros; desconocíamos el destino de mis hijos y honestamente ya no creia nada ni en mis predicciones, y para después ser condenado en el infierno soportando tantas torturas tanyo en mis ultimos minutos de vida , como estandolo muerto
...me lo merecia, pues había acabado con miles de vidas inocentes con motivos realmente despreciables ante cualquier ser.

Primero era para demostrar fuerza, superioridad y sobre todo alentar al temor ante cualquiera que sea debiles ante nosostros, habiamos hecho cosas extraordinarias y a la vez repugnantes que con el tiempo se fueron minimizando a ser un simple trabajo de caciques para satisfacer la ambicion de un maldito cabron, que al fin y al cabo nos termino jodiendo a todos...Y nos lo merecíamos.

Naci con el nombre de Bardock, fue en el año 714 y aun faltaba mucho para que la luna volviera a salir. Hasta donde yo sabia, naci con un poder de apenas 78 unidades, nada despreciable para cualquier saiyajin ordinario o de clase baja pero para los saiyajines de clase alta, eso era una unidad tan mediocre como las demas. A pesar de lo que me habian considerado al menos logre evitar el exilio, a lo cual la mayoria de los niños de clase baja eran enviados a otros planetas e invadirlos por su propia cuenta, pero solo eso ocurria cuando los crios que nacían no sobrepasaban el limite de unidades que minimo que requerían que era de 50 en adelante.

Desde luego,  ya se tenia previsto lo que estaba por vivir, mas que nada por ser un saiyajin de clase baja: entrenamientos duros, un ambiente hostil, presenciar y causar miles de muertes solo por demostrar superioridad, que nadie pasara por alto ante nosotros. Aunque esto cambio con la llegada de Freezer, en un principio todos pensaban que el solo era un benefactor mas...pero que estúpidos y equivocados estaban.

Pero algo que me hacia diferenciar de los demas, no era el cambio drastico de mi poder o de como llegue a trascender, de ser un mediocre a ser destacado, no era nada de eso; si no por sentir algo que algunos lo llamaban debilidad.  Yo no lo consideraba asi y ese dia, yo aun era muy joven y recien habia terminado una de mis tediosas misiones, mi perspectiva sobre las cosas que me han enseñando cambiaron drasticamente ese dia...

Un dia muy caluroso en el planeta Vegita, en uno de  los lugares mas aislados del planeta donde se ubicaba un espeso bosque, dos mujeres saiyajines; una muy joven y una mayor perseguian arduamente  una extraña bestia...

-¡Lo tengo Riuba, es hora de atacar!- dijo la saiyajin joven que perseguia a la bestia a lo cual la mencionana se dispuso atacar lanzandole un rayo de energia atravezando la cabeza del animal matandolo.