Un alma condenada al infierno por toda la eternidad, en un intento desesperado por reunirse con su amor en el paraíso. Recurre a la ayuda de una misteriosa hechicera que le promete purificar su alma y llegar a ello, pero al final lo traiciona revivi...
La pelinegra estaba al borde del colapso, entre el miedo y el enojo. Miedo por la forma en que irrumpieron su casa, temiendo que se hayan robado algo de valor o lo que ganaba a través de la venta de cultivos; y en cuanto a su enojo era por que posiblemente ya tenía sus sospechas.
Le sorprendió mucho que aunque, hayan dejado la casa hecha un desastre, no se hayan llevado algun objeto de valor, dinero e incluso muebles. De alguna forma estaban ahi, pero su sorpresa fue mayor cuando ingreso a la cocina y lo que vio definitivamente la empezó a enfadar.
-¡Maldito Saiyajin de mierda!- Exclamo furiosa al ver que toda la comida que habia preparado para esta tarde estaba vacia, esto dejo muy molesta a la pelinegra ya que esto fue una terrible falta de respeto que hayan saqueado de esta forma su casa y ese saiyajin la estaba sacando de sus casillas, pero en parte sentia que era su culpa ya que no haber traido nunca a ese saiyajin a su casa, nada de estas cosas hubiera pasado. La mujer no le quedo de otra mas que hacerlo toodo de nuevo, por fortuna aun le quedaba tiempo y gracias a Kamisa que el bruto sujeto no le haya saqueado su nevera, de haber sido asi estaria jodida y conseguir la cena seria una mision imposible.
Dias mas tarde la pelinegra estaba terminando de recolectar los ultimos rabanos que habia cultivado, la vida monotoma habia estado de vuelta, asi que no le quedo de otra mas que vivirla una vez mas, despidiendo a Goten camino a la escuela y ayudando a Gohan para que obtuviera su beca para que pudiera estudiar en el colegio Orange Star de la ciudad Satan y ella...bueno seguia en lo mismo y aun no dejaba de pensar en todo lo que habia pasado hace un par de semanas, se habia preocupado por los extraños sucesos temiendo que aquel saiyajin tuviera que ver con mucho con ello, pero para su alivio las cosas se habian calmado o al menos ya habia dejado de hacer frio y de llover en la ciudad Este algo que alivio a la mujer, pero aun asi queria salirse de dudas y no iba a quedarse tranquila hasta solucionar todo.
Mientras estaba por terminar la pelinegra escucho ruidos en el bosque al lado del paraje donde ella cultivaba sus hortalizas y atraida por la curiosidad se acerco sigilosamente y lo que vio ahi la dejo helada...
El causante de sus problemas estaba cerca de unos espesos arboles que siguiendo ese camino, lo dejaban hasta una cueva que se situaba cerca, dando a entender que probablemente se este alojando ahi y lo sorprendente de todo es que a estas alturas este entrenando, pues la mujer lo habia pillando haciendo largartijas.
-¡Vaya! Estos ni por que sea el fin del mundo, siguen entrenando.- pensaba para si misma la mujer pero eso no la inmuto por lo que le hizo a su casa- No creo que se de cuenta de lo que le hare, como escarmiento- Con toda la confianza del mundo la mujer tomo una piedra que estaba ahi, lo suficiente como para cubrir toda su mano y sin pensarlo dos veces lo lanzo directamente hacia el saiyajin, que por enesima vez golpeo su cabeza.
-Agghh!- exclamo molesto Bardock ante golpe cosa que asusto un poco a la mujer que rapidamente se escondio en los arbustos.
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