ENEMY FLAMES ▲ TEEN WOLF ➂

8. Pésimos con Google

Cuando salieron esas palabras de los labios de Payton no pude evitar sentir como si me hubiesen echado toda el agua de la tina encima. Había sido un completo bajón en el ambiente, demasiado para ser verdad. A pesar de lo mucho que había detestado a Erica en el pasado, no pude evitar sentirme mal al respecto.

Erica era menor que yo. Había vivido una vida horrible durante todos esos años que soportó humillaciones por su condición de epilepsia y solo pudo disfrutar unos cuantos meses de completo control antes de que las cosas se pusieran malas. Todo el embrollo del kanima y Gerard habían empujado a Erica y a Boyd a huir en busca de algo mejor, sin saber que eso mismo había sido lo que los llevó a la muerte de uno de ellos.

Pude ver la expresión de Derek cambiar considerablemente cuando Payton dijo que Erica estaba muerta. Erica había sido su beta y, aunque él no lo reconociera, se preocupaba por ellos.

— ¡Lo vi! Vi el nombre —exclamó Payton, saliendo del trance por completo y sentándose en la tina, dejando ir mi brazo por fin.

Lo apreté contra mi pecho, sintiendo las heridas provocadas por sus uñas sanar con lentitud. A veces no comprendía cómo unas heridas sanaban más rápido que otras. Allison me había clavado un cuchillo en el estómago y había sanado en cuestión de segundos. Quizá las heridas provocadas por metal no me afectaban tanto como las que eran provocadas por hombres lobos.

Scott y Derek ayudaron a Payton a salir de la tina y yo decidí ayudar a Deaton a sacar unas toallas para envolverla en ellas. Los ojos de Payton se trasladaron a mi brazo manchado de sangre con marcar apenas visibles de sus uñas.

— Estoy bien —le aseguré, pasando mis manos por encima de la tela de la toalla, transmitiéndole calor con mis habilidades. Payton me dedicó una mirada apenada y culpable por haber perdido el control de su propio cuerpo y por haberme lastimado.

No tenía razón para sentirse así. No había sido su culpa y yo tampoco se lo echaba en cara. Soy un ser sobrenatural, así que sanaré. No tengo razón para preocuparme por heridas superficiales en mi cuerpo que sanarán con facilidad.

— Es el Banco Nacional de Beacon Hills —nos dijo Payton, recordando ese detalle—. Es un banco abandonado y los tienen encerrados en la bóveda.

Apreté mis labios en una fina línea.

Es imposible que tengan a Erica encerrada en la bóveda junto a Boyd. Tiene que ser alguien más porque no tiene lógica alguna que los hayan atrapado cuando se encontraban escuchando la conversación sobre la luna llena y que Erica ya se encuentre muerta en la habitación.

— ¿Qué? —preguntó cuando vio las miradas sombrías de todos los demás.

— No recuerdas lo que dijiste justo antes de salir, ¿o sí? —preguntó Stiles.

Payton lucía desorientada y muy confundida. Estaba claro que no lo recordaba. No recordaba que había visto a Erica muerta. Con lentitud, movió su cabeza en gestos negativos, mirándonos a todos. Estaba intentando de sacar una respuesta de nosotros.

— No —respondió, relamiendo sus labios. Las gotas de agua bajaban por su desconcertado rostro.

Bajé mi vista hacia el suelo. No quería ser yo el heraldo de las malas noticias. Desde mi posición pude ver que Scott, Isaac y Derek hicieron lo mismo. Deaton se había mantenido en silencio desde que Derek comenzó a desobedecerlo.

Todos estábamos dejándole la tarea a Stiles.

— Dijiste que cuando los atraparon, los llevaron a una habitación y que había un cuerpo.

Payton lució incluso más desconcertada que antes. Ella realmente no recordaba lo que había dicho antes de despertar del trance.

— ¿Qué cuerpo?