ENEMY FLAMES ▲ TEEN WOLF ➂

15. Saboteando a los gemelos

Scott se encontraba ayudándome a caminar por la escuela, ocasionalmente quitándome el dolor que recorría mi cuerpo. Incluso Isaac había colaborado en una de las sesiones porque sería demasiado para dos hombres lobos estar constantemente gastando sus energías cuando dos gemelos malvados se encontraban causando problemas para nosotros.

— No dejes que te afecte, Isaac —le dijo Scott cuando nos encontrábamos en los casilleros. Isaac tenía un humor de perros desde que Harris le anunció que tendría mucho trabajo que hacer a la hora del almuerzo—. Solo es un castigo. Si todo lo que quieren es hacerte enojar no les des el gusto.

Me aparté del cuerpo de Scott, apoyando mi hombro contra el metal del casillero y tomé varias respiraciones entrecortadas.

— Scott tiene razón, Isaac. No puedes darles el gusto de molestarte —le dije.

— ¿Cómo sabes que lo que te está sucediendo no es culpa de ellos también? —increpó.

A pesar de que podía tener un punto al decir eso, sabía que lo que me estuviese sucediendo no era obra de los gemelos. A menos que ellos tuviesen alguna especie de poder psíquico, no podrían afectarme sin utilizar su fuerza bruta.

— Créeme, no lo es —aseguré—. Además te están atacando a ti porque saben que reaccionarás más rápido que nosotros —le expliqué.

Era cierto. Isaac respondía más a sus impulsos que Scott y yo. Scott porque era más pasivo y yo porque no me dejaba manipular tan fácil y, si es que tenían alguna neurona, sabían que yo los molestaría a ellos primero antes de que lograran hacerme rabiar.

Isaac miró sobre su hombro mientras abría su casillero para dejar sus cosas.

— No es solo a mí —observó.

Giré mi rostro y pude ver al otro gemelo, sea cuál sea, junto a Lydia. Por la posición de sus cuerpos se veía que él estaba coqueteando con Lydia y que ella también lo hacía, pero se encontraba haciéndose la difícil. No pude escuchar lo que dijeron, pero cuando Lydia continuó su camino, el gemelo nos miró con una sonrisa satisfecha en su rostro.

Scott apretó sus puños con furia. Isaac esbozó una sonrisa de lado.

— ¿Qué? —masculló Scott con su semblante serio.

— Ahora se están metiendo contigo —dijo Isaac antes de continuar su camino por el pasillo hacia su castigo, al cual yo también tenía que asistir.

Sentí como si movieran algo en mi interior y me quedé sin aire durante un segundo cuando el dolor se volvió casi insoportable. Dejé caer mis cosas y me deslicé por los casilleros hasta el suelo. Scott me agarró con rapidez y otro par de manos sostuvieron mi brazo.

— ¿Qué le sucede? —preguntó Payton agitada. Parecía que había corrido bastante para llegar a mi lugar.

— No lo sé, empezó en la clase de Harris —respondió Scott—. Le he quitado más dolor que lo que ella sería capaz de soportar si solo fuese humana.

Gimoteé, mis vista nublándose por un segundo por las lágrimas que se acumularon en mis ojos. Inhalé por mi nariz y dejé salir el aire por mi boca en un intento de calmarme. Tanto Scott como mi prima agarraron mis manos y pude sentir el dolor aliviarse considerablemente.