ENEMY FLAMES ▲ TEEN WOLF ➂

Epílogo

Derek volvió a besarme, mordisqueando mis labios y saboreándolos. Sonreí en medio del beso, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello, mis dedos rozando su cabello y jugueteando con él un poco. Terminamos el beso, pero nos quedamos abrazados durante unos segundos, sabiendo que era una pequeña despedida. Bueno, no era lo que yo llamaría una despedida adecuada, esa ya la tuvimos anoche, sin embargo, era lo más que podíamos tener antes de que él se marchara a llevar a su hermana a Sudamérica.

— Oh, vamos, par de tórtolos. Preferiría ahorrarme el trauma de ver a mi hermano como un cachorro en celo —habló Cora.

Una risa brotó de mis labios y volteé a ver a la hermana de Derek. Ella estaba de pie con una mochila sobre su hombro y sus brazos cruzados. A pesar de que quería sonar como si le fastidiara que estuviéramos teniendo demostraciones de afecto frente a ella, una media sonrisa adornaba sus labios. Era extraño ver a los hermanos Hale tan sonrientes y llenos de vida, pero no me arrepentía de ello. Me gustaba verlos felices.

— Vas a extrañar vernos así —aseguré sin dejar de sonreír.

Sí, yo también me contagiaba de su felicidad. Me ayudaba a no concentrarme en la nueva oscuridad que rodeaba mi corazón, y Deaton me dijo que era saludable para mí rodearme de todo aquello que me provocara sentimientos positivos. Según el doc, a mí me afectaría un poco más que a Scott y a Stiles porque ser una elemental tenía mucho que ver con las conexiones emocionales. Después de todo, yo no había formado parte del sacrificio como tal, sino que había sido esa pieza extra que había muerto y vuelto a la vida para fortalecer el ritual.

— No lo creo. Es más, no puedo esperar a estar en el avión para no volver a verlos así en mi vida.

Rodé mis ojos.

— Si eso te ayuda a dormir en las noches...—comenté, divertida.

Cora se rió.

— Aléjate, Derek, para poder despedirme de tu irritante novia —le dijo a su hermano.

Derek soltó un pequeño gruñido al alejarse de mí, pero le permitió a su hermana abrazarme con fuerzas.

— Gracias, Scarlett, por devolverme a mi hermano —agradeció en un susurro.

Mi corazón saltó de alegría al escuchar sus palabras. Un sentimiento de calidez invadió mi sistema, estaba feliz, a pesar de tener que separarme de los hermanos Hale por un tiempo.

— No hay de qué.

— Cora, vamos a perder nuestro vuelo —dijo Derek.

Apreté mis labios en una fina línea para reprimir una risa. Él solo lo decía porque Cora llevaba más de un minuto abrazándome y no se había separado de mí.

— No lo sé, Derek. Creo que me quiero quedar con tu novia ahora —bromeó.

Derek elevó sus cejas.

— ¿Ah, sí?

Cora asintió.

— La verdad es que estar contigo es un tape, cariño. Mi amor verdadero es tu hermana —le continué la broma a Cora.

Lo vi rodar sus ojos, fastidiado, y fue cuando ambas reímos a carcajadas.

— Son insoportables —murmuró.

Cora y yo intercambiamos miradas.

— Nos adoras —le dije, abrazándolo por la espalda. Derek se giró para quedar frente a mí—. Voy a extrañarte, ¿sabes?

Su mirada cambió y me acarició las mejillas con sus dedos.

— No más de lo que yo te extrañaré —aseguró.