10. Necesitamos ayuda de verdad

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Correr nunca fue de mis fuertes. No lo fue en primaria, ni en secundaria y tampoco cuando nos metimos en el mundo sobrenatural. Sin embargo, correr es lo único que me queda por hacer en estos instantes. Correr para salvar a medio Beacon Hills de ser despedazados por dos hombres lobos fuera de control en la luna llena.

El mundo da muchas vueltas, ¿no?

No sabía si se trataba de la adrenalina, pero apenas podía sentir el cansancio en mis piernas o el ardor en mi pecho por la falta de oxígeno. Me sentía excepcionalmente bien y ligera para ser verdad. Quizá estaba comenzando a tener más resistencia y los entrenamientos pesados con Derek habían tenido su resultado o tal vez mi sistema por fin comenzaba a ser más sobrenatural, adaptándose a las características que me correspondían por derecho.

Me agaché para evitar que unas ramas golpearan mi rostro y fue cuando sentí que me jalaron por el brazo, haciéndome caer contra el suelo. Mi espalda chocó contra alguna rama que ya se había caído, y algunas hojas se metieron por el interior de mi ropa. Un quejido se escapó de mis labios al sentir el impacto, no necesariamente porque hubiese dolido, sino porque era algo que no estaba esperando.

Entonces vi el resplandor de los ojos amarillos de Cora Hale. Tuve que cubrirme el rostro con mis brazos para evitar que sus garras me cortaran la piel de mi cara. Hice que de mis brazos salieran llamas de fuego y escuché a Cora soltar un gruñido de dolor cuando el fuego la quemó.

Aproveché la oportunidad de su distracción para ponerme de pie, pero yo era demasiado lenta en comparación con su rapidez. Al someterse por completo a las fuerzas de la luna llena, Cora tenía más capacidad que yo en muchos sentidos. Era más fuerte, rápida y resistente, eso sin contar la gran rabia que ella parecía tener en comparación a mí.

La empujé y ella me lanzó un zarpazo, pero fue en vano. Lo único que me servía a mí de ventaja era que Cora estaba pensando más con su lado animalístico, mientras que yo tenía la mente despejada como para poder analizar sus movimientos, anticipándolos antes de que llegaran a herirme.

Mi teléfono vibró en mi bolsillo y maldije por lo bajo al sentir las garras de Cora provocar un pequeño corte en mi cuello. Le propiné una patada en el abdomen y antes de que pudiera hacer otro movimiento, salió corriendo en dirección contraria, alejándose con rapidez de mí.

— Cambio de planes —escuché la voz de Derek tan pronto respondí la llamada—. Nos mantendremos unidos. Scott tuvo un encuentro con Boyd y dijo que...

— ¿Son demasiado fuertes y rápidos como para ser manejados por una sola persona? —sugerí, interrumpiendo sus palabras mientras mis dedos rozando mi cuello e hice una mueca de dolor.

— Sí, ¿cómo...?

— Puede que me haya encontrado con tu hermana hace un minuto —respondí, intentando sonar casual y despreocupada ante ello—. Y sí, la perdí. No era exactamente el plan, pero es demasiado para una sola persona.

Derek suspiró al otro lado de la línea.

— Estoy en la entrada de la reserva. Nos encontraremos aquí y partiremos los tres juntos —anunció.

Apreté mis labios en una fina línea.

— Vamos a necesitar más ayuda, Derek. Boyd casi asesina a Scott en la bóveda y luego ninguno de los dos hemos podidio siquiera retrasarlos lo suficiente. Necesitamos a Isaac y a Payton —le notifiqué.

— Solo llega a la entrada de la reserva.

Y con eso, colgó la llamada.

— ¿Acaso ese fue tu novio?

ENEMY FLAMES ▲ TEEN WOLF   ➂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora