Un lugar en el mundo. One Shot.

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Tenía la mirada perdida en algún punto de la habitación. Parecía estar planeando algo importante, o simplemente estaba perdida en el rincón más alejado de su imaginación. 
Se sobresaltó cuando el chico se sentó a su lado, dejando caer su libro.
‘Garret…’ Suspiró ella para sus adentros, el corazón le comenzó a latir muy rápido. 
Se sonrojó y no quiso dirigirle la vista; ella sabía que él ya había notado que ella se pasaba la mayor cantidad del tiempo que tenía libre, observándolo. Y le daba vergüenza admitirlo, pero él estaba relajado, quería ser amable y la ayudó a recoger el libro. 

Él la había visto cientos de veces sentada en el mismo sitio, siempre con un café en frente que se enfriaba, por tener la nariz metida en algún libro distinto cada semana. 
La manera desesperada en que ella se comía los libros, le parecía adorable; era como ver un ángel, hermosa, y justo donde debía estar siempre. Jamás fue capaz de acercarse, por miedo a una mala reacción de su parte, pero muy en el fondo, la chica le parecía atractiva e interesante, tanto que no había sido capaz, ese día, de mantener distancia y no se dio cuenta de cómo fue a parar ahí a su lado. Ni él lo sabía, sus pies se habían movido solos hasta ella, y despertó del trance cuando el libro cayó al piso. 

Al darle el libro le rozó la mano, apropósito. La chica agachó la cabeza y se mordió el labio inferior, con miedo a hablar. Él sonrió. Desde la primera vez que la vio, supo que no era coincidencia encontrarla cada vez que visitaba la biblioteca de la escuela. Él sabía que esa conexión que sentía con tan solo verla, era algo especial. 
Nadie los había presentado oficialmente, pero él decidió abrir la boca. 

“¿Shakespeare?” 
La voz de Garret, le traspasó, la piel, llegándole a los huesos, dejándola congelada, de lo suave y amigable que sonaba. Ella gimió en su interior. Si el chico decía otra palabra con ese mismo tono, ella no iba a soportar mucho siendo tímida. 
“Sí”
Respondió con un susurro, casi inaudible. Pero para él sonó perfecto. 
“Tu nombre es Sam, ¿verdad?”
Ella abrió los ojos y lo miró directamente. Él sonreía, lo suficiente como para enamorarla sin decir otra palabra. Ella asintió y acumuló el valor necesario para responder. 
“¿Cómo lo sabes?” 
“Me gusta venir a verte leer, eres muy apasionada con la literatura, ¿No?” 
Ella tragó saliva y él amplió la sonrisa. 
‘¡Sí sabe que existo!’ gritó Sam, de emoción en su interior. 
Como no respondió, el decidió que debía guiar la conversación, porque no iba dejar que un silencio incómodo le arruinara la oportunidad de conocer a la chica. 
“¿Por qué estás sola siempre?”
Ella agachó la cabeza. 
“Me gusta estar sola” 
“¿Quieres que me vaya y te deje sola?” preguntó él. Ella inmediatamente lo miró y negó con la cabeza. 
“Quédate” pidió Sam.
“No quiero interrumpir tu lectura” él hizo una mueca, esperando a que ella insistiera. 
“No me interrumpes, tenlo por seguro” Su voz sonó clara y firme esta vez, con un toque de gracia y timidez adorable. Él sintió que estaba funcionando. Miró a todas partes, para asegurarse de que no hubiese nadie cerca. Los ojos de la chica lo miraban fijamente. 
“Sam...” él movió los dedos de las manos, nervioso. No quería arruinar nada, menos asustarla. Pero tenía una necesidad sobrehumana de probar esos labios que siempre miraba desde lejos, y que ahora tenía a unos centímetros y el hecho de privarse de ellos, le angustiaba. Ella lo miró esperando a que prosiguiera. 
“¿Sí, Garret…?” su voz salió temblorosa de sus labios. Lo que hizo que Garret, no fuese capaz de seguir hablando. 
‘Es el destino’ Se dijo a sí mismo en su cabeza. Se acomodó mejor para acercarse a ella. Mientras que los ojos marrones claros, de la chica se abrían de par en par. No sin una urgencia de ser besada, y una pizca de deseo y emoción. La tomó con una mano del mentón, para ponerla a la altura de su boca, acarició la mandíbula de la chica con el dedo pulgar y le dedicó una sonrisa tímida. 
Ella pestañeó un par de veces. Mientras se repetía en la cabeza ‘Estás soñando Sam, es sólo un sueño, uno maravilloso” El mínimo contacto que tuvo con él, la hizo sentirse desfallecida. 
Cerró los ojos, y entró en contacto con los labios de Garret. Fue un beso tan casto y sin movimiento, que cualquiera pensaría que fue patético; sin embargo a Garret se le puso el mundo de cabeza, jamás había sentido una corriente eléctrica que lo paralizara de tal manera que no fuera capaz de guiar un beso. Ella sintió la calidez y suavidad de sus labios y esperó hasta que él puso más presión y abrió levemente la boca, para deleitarse con el sabor dulce que emanaba Sam.
El estómago de Sam se encogió. Garret, se separó un poco de ella, sin soltarle el rostro y le sonrió. 
Por fin, todo parecía tener sentido. Sí tenía un lugar en el mundo, se dijo Sam.

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Soy realmente mala haciendo One shots, me acomodan los escritos largos. Pero bueno, lo hice con cariño.

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