NARRA WILLY
Estaba grabando. Recibí una llamada, pero no la conteste. Tras esta, una, y otra, y otra...
Al final, me vi obligado a hacer una transición y coger el teléfono.
-¿Si?.- dije un poco malhumorado.
-¿Es usted Guillermo Díaz?.- me preguntó una voz desconocida. Miré la pantalla de mi móvil. Estaba llamándo desde el número de Alena.
-Eh...Si...- respondí, confuso. No sabía porque aquel hombre tenía su móvil.
-Verá, la Sra. Alena Martín le tenía como número dos en su lista de contactos de emergencia...- ¿Cómo?¿Emergencia?¿Que narices ha ocurrido?¿Y por qué me ha llamado a mí y no a Samuel?
-Espere, espere, espere...¿Qué?¿Qué ha pasado?.- pregunte, preocupado. Las cosas últimamente iban muy bien...Iban genial ¿por qué no podían seguir así?
-Le rogaríamos que viniese al hospital urgentemente, aquí podremos darle de...
-Estoy allí ya.- colgué, cogí mi abrigo, y fui dirección al hospital.
La última vez que entre en hospital con esta mala sensación tras una llamada, Samuel estaba luchando por su vida. No quería volver a vivir algo así. Tenía miedo. ¿Miedo?. Eso era poco. Estaba totalmente aterrado.
Llegué, y corrí al mostrador para preguntar por Alena, pero un señor me detuvo.
-¿Guillermo Díaz?.- asentí con la cabeza.- Soy el Dr. Cabrera.
-Dígame lo que ha pasado.- no me andé con rodeos, quería saberlo, ya.
-Verás...Sientese.- me ordenó, y yo me senté.- Su amiga ha...ha sufrido un accidente. Un accidente ferroviario.- No. No, no, no. No puede ser cierto. Otra vez más no, esta vez no. No es real, no está ocurriendo, es una pesadilla. Willy, despierta, por favor...¡Despierta!.- Fallaron los sistemas de seguridad, las barreras no bajaron, su amiga cruzó, y...el tren la arrolló.- Luchaba para reprimir las lágrimas. Alena tenía que estar bien...Simplemente no podía haberla pasado nada, y menos así, de la misma forma que...
...de la misma forma que sus padres murieron. La ira me llenaba. Alena es la mejor persona que conozco, se merece ser feliz, y la vida, el destino, el karma, los astros alineandose, o yo que se más no se lo permitían.
-¿¡En pleno centro fallan los frenos!?.- grité, furioso e indignado por los hechos que ante mí se estaban presentando.
-Una tragedia y una vergüenza.- comentó.- El hecho es que...no viajaba sola.- Se me hizo un nudo el estómago.- Un hombre y un bebé viajaban con ella.
-¿¡Cómo están ellos!? ¿¡Qué les ha pasado!?.- pregunté, nervioso. Samuel 1 y 2. Ellos no podían, también...No. Me negaba. Alena ya era suficiente, y ahora mi mejor amigo y...su hijo. Era demasiado para mí. Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas.
-El bebé tiene heridas superficiales, se pondrá bien, hoy mismo le daremos el alta. Los otros dos pasajeros le protegieron del golpe.- sentí que un peso se me quitaba de encima. Samuel Jr estaba bien.
-¿Y los otros dos?
-¿Sabe quien podría ser el hombre?- me preguntó, anotando algunas cosas.
-Samuel de Luque García, su pareja. Y el bebé es Samuel de Luque Martín, hijo de ambos. Son amigos míos.- Entonces el médico me miro serío, compasivo, y apenado. Sus ojos lo decían todo. Posó su mano en mi hombro.
-Lo siento...- me tapé el rostro con las manos, y comencé a llorar desconsoladamente delante de aquel desconocido.
Alena y Samuel estaban...muertos.
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Tras una pantalla. (Vegetta Fanfic.)[COMPLETADA.]
ФанфикHistoria que refleja que, en todos los lados, en cada esquina, puedes encontrar aquello que te falta para ser feliz. No sabes quién ni cuando, ni como será, solo sabes que tienes que luchar hasta el final por aquello que más quieres, aunque la vida...