NARRA WILLY
La vida se había cebado a golpes con Alena y Samuel.
Alena no levantaba cabeza. Era un ser inerte tirado en la cama. Sin comer, sin hablar, sin reír...¿Dónde esta Alena?
Por otra parte, Vegetta se veía superado por la situación. De cara a Alena, era fuerte como una roca; pero cuando la puerta de su habitación cerraba, se venía abajo, cayendo a plomo en un pozo sin fondo.
Yo...yo no aguantaba ver a los dos así. Ni yo ni Alex, ni Luzu, ni Frank. Era...era la estampa más dolorosa que ninguno había visto nunca, y era en directo, la estabamos viviendo en carne y hueso.
Los días parecían durar casi el doble. Cuando observabas a Alena, cada segundo pesaba en la espalda, era una piedra más que cargar. Era como observar un mueble: Ni un movimiento, ni una expresión, solo el sonido de sus lágrimas mojando la almohada.
Pero Samuel...Samuel era capaz de transmitir al de al lado cada ápice de dolor que sentía. Se sentaba en el sofá de siempre cada noche, cuando Alena al fin conseguía conciliar el sueño, posaba su cabeza en sus manos, y lloraba. Lo peor era que no tenía practicamente ningún motivo que lograse detenerlo. Intentabamos consolarle, en vano, él seguía hasta que, finalmente, caía dormido todavía con lágrimas en el rostro.
Y así pasaban los meses. Septiembre, Octubre, Noviembre, Diciembre...Nada, ni una señal de mejora.
Más de una vez, hablamos con Vegetta de que, lo que Alena de verdad necesitaba, era ayuda psicológica, pero él no cedía: Quería sacarla él adelante.
Y de mientras, el poco rato que no pasa con ellos, me dedicaba a grabar algún vídeo de cuando en cuando, si podía fingir que todo iba bien. Pero hay cosas que no se fingen: Las visitas caían, el dinero también. Y como yo, todos nosotros. El más perjudicado, claro, Samuel, que invertía el tiempo de su vida en ayudar a Alena.
También intentaba encontrar al cabrón que hizo a Alena esto. Había tomado el cargo de abogado en el caso, era una de las pocas formas que estaban a mi alcanze para ayudar. Si tengo que remover cielo y tierra para encontrar a su...violador, lo haré, cueste lo que cueste.
Alena y Samuel...tienen que salir de esta. No puede durar eternamente. Alena tiene que seguir persiguiendo sus sueños, Samuel cumpliendo los suyos. Tienen que ser felices, juntos. Alena tiene que volver a sonreír, a bromear con nosotros, a jugar partidas épicas, a salir, a reír con todos nosotros.
Alena ya ha perdido mucho: Sus padres, su familia, su ambiente...no puede perder también las ganas de vivir, de ser feliz, con Samuel, con nosotros. Simplemente me niego, me niego a ver a Alena así, me niego a ver a Vegetta así, me niego a que los años pasen y la situación sea la misma.
Yo me siento así, y ya cuesta tirar para adelante. Samuel...Samuel esta muriendo por dentro lentamente. Y Alena ya está muerta, su espíritu lo está.
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Tras una pantalla. (Vegetta Fanfic.)[COMPLETADA.]
FanficHistoria que refleja que, en todos los lados, en cada esquina, puedes encontrar aquello que te falta para ser feliz. No sabes quién ni cuando, ni como será, solo sabes que tienes que luchar hasta el final por aquello que más quieres, aunque la vida...