Tras una pantalla. (Vegetta Fanfic.)[COMPLETADA.]

"Déjame cuidar de ti." (ESPECIAL 250.)

NARRA ALENA 

Estoy en casa de Alex y Frank, en el cumpleaños de Samuel. Si hace una semana me lo dicen, no me lo creo. Mi vida cambia a una velocidad vertiginosa. Ayer era una chica normal, y hoy estoy enamorada del segundo mayor Youtuber español.

Tras media hora de presentaciones en las que yo si conocía a la persona que tenía enfrente y narraciones de como Samuel y yo nos conocimos, por fin he dejado de sentirme como una extraña en un mar de gente donde solo estabamos Samuel y yo. Mi vergüenza se ha quedado en casa y he ganado la capacidad de entablar conversaciones con cualquiera.

Sin duda con el que más agusto estoy es con Willy. Sabía del gran corazón que tenía ya por Youtube, pero eso solo es una pequeña parte. Es más abierto y hospitalario de lo que esperaba, y es el que más se ha alegrado por nosotros. En cuanto Samuel nos ha presentado, hemos entablado una conversación sobre juegos y otras cosas. De hecho ahora mismo seguimos dicha conversación y estoy pudiendo desplegar todo mi conocimiento "Gamer", dejando atónitos tanto a uno como otro.

Es agradable notar que encajo en el sitio que quiero encajar: Al lado de Samuel, en su mundo, con sus amigos, en su ambiente, en su terreno. Y por su sonrisa y lo relajado que está, creo que a él también le gusta.

Estamos en el jardín, bebiendo, hablando, riendo y pasándolo bien, y en un momento, suena una de mis canciones favoritas.  Por los altavoces "Wake me up when september ends., de Green Day. Automáticamente me descuelgo de la conversación, me enciendo un cigarro, y entro en mi propio trance.

Analizo todo lo que ha pasado en tan pocos días. Avanzo a pasos agigantados. Estoy enamorada de mi ídolo. Estoy aquí, es su fiesta de cumpleaños, con sus amigos. El también está enamorado de mi, o eso creo. Nos hemos besado, y soy feliz a su lado. Feliz se queda corto. Pletórica, a punto de estallar en un jolgorio que me deja sin aliento, que me comprime el estómago y acelera mi ritmo cardiaco. No puedo dejar de sonreir, e incluso mis ojos se empañan de lágrimas. Si esto es el amor, si esto es la verdadera felicidad, quiero quedarme aquí para siempre.

Y de repente, noto su abrazo por la espalda, y se activan todas mis terminaciones nerviosas. Noto como coge el cigarro que sostengo en mi mano, y delante de mi lo tira al suelo y lo apaga con el pie.

-Déjame cuidar de ti.- Me susurra detrás de la oreja, y todos los músculos de mi cuerpo se contraen. Me giro y le miro a los ojos en una mirada intensa y penetrante. Ambos esbozamos una media sonrisa, y lentamente me acerco a sus labios. Le beso, mi lengua atrapa a la suya, deboro su boca con ansias. Es un beso que no solo tiene pasión, si no que también tiene deseo, deseo carnal. El beso se vuelve más intenso a cada segundo, y cuando paramos, ambos respiramos aceleradamente. Estamos a punto de estallar.

La canción anterior empalma con "City of Angels" de 30STM. Nos saboreamos ansiadamente, paramos, y volvemos a caer. Samuel para y respira hondo. Me toma de la mano y entramos en casa. Se donde va. Subimos al piso de arriba y abre una puerta. Una cama destaca en el mobiliario.

Me toma en brazos, levantandome sobre él, y continuo mis intensos besos, que salen de su boca para caer en su cuello. Samuel tropieza y ambos caemos encima de la cama. Yo, encima, tengo el control de la situación. Samuel comienza a desatarse los botones de la camisa, pero yo no tengo paciencia para eso. Tomo los bordes y tiro, desenganchando y arrancando sus bótones. Samuel me mira fijamente, con una mezcla de asombro, alegría y deseo. Me quito camisa y camiseta rapidamente y me abalanzo sobre él. Beso su cuello, su torso, su abdomen y vuelvo a su boca. Samuel me desengancha el sujetador y alli estamos, el uno frente al otro.

Él se sienta sobre si mismo y retoma el control. Me besa el cuello, el pecho, saborea cada poro de mi piel, y yo disfruto de la sensación. Le dejo hacer, y me pierdo entre las contracciones de mi viente. Busco ciegamente el botón de sus vaqueros, y cuando menos se lo espera, me levanto y tiro de ellos hacia abajo, llevandome con ellos sus bóxers. El hace lo mismo con mis leggins, y me encuentro, al igual que él, completamente desnuda frente al otro. Unas imágenes hermosas, sensuales, dignas de esculturas griegas llegan a mi cerebro, estimulando todas mis terminaciones nerviosas.

Y de repente, él está dentro de mi, y nos fundimos en la mas tierna y placentera experiencia. Nos complementamos, nos coordinamos, somos el uno para el otro. Una unión humana, carnal, que establece un lazo más allá del que antes había tenido con nadie. Los músculos de mi vientre y mis muslos se contraen alocadamente, y mi cuerpo convulsiona en una danza de amor y placer. Estamos los dos, de la mano, a punto de caer juntos.

Y lo hacemos, ambos llegamos a la cima, al clímax. Yo clavo mis uñas en su espalda, y el gruñe con una sonrisa. Yo inclino mi cabeza, y me dejo llevar, para, finalmente, acabar tumbada sobre su pecho, bajo las suaves sábanas, acariciando su pecho y sintiendo cada uno de sus olores.

Y ahí estamos, él y yo, bajo la misma sábana, desnudos, exhaustos, y abrazados. Afianzando un amor que se ha presentado inesperadamente en la vida de ambos, en poco tiempo y sin aviso previo.