NARRA SAMUEL
Tenía que ver tras un cristal, sin poder hacer nada, como ese hijo de puta atacaba a Alena, intentando derrumbarla. Cómo nombraba a su familia, los actos que había hecho con ella aquella noche...Iba a explotar de rabia e ira, eran practicamente incontenibles.
Detrás mío, Willy, con los brazos cruzados y el rostro desencajado, observando casi tan furioso como yo la escena.
De repente, Alena toma aire y se apoya sobre la mesa, acercando su mirada a la de aquel ser despreciable.
-Mire...Señor.- comenzó a decir.- Ha jugado conmigo, hace 12 años y hace meses, física y psicológicamente, pero eso no le convierte en un dios, o en mi dueño. Ni el mío ni en el del resto de tus víctimas. Sólo le convierte en un mierdas que se va a tirar unos añitos más en la cárcel, donde el Karma le devolverá de la misma forma el dolor que ha ido depositando en la vida de algunas personas. Está solo, no tiene a nadie, no tiene nada, ni siquiera humanidad. En cambio yo tengo amigos, pareja...
-Fijo que le alegra mucho todo esto.- la interrumpió, y yo me llevé las manos a la cabeza. Estaba al límite del aguante, y Willy lo sabía. Me rodeó con los brazos ferreamente, intentando retener una posible arremetida a golpes contra lo primero que viera.
-¡Tranquilo, Vegetta!¡Vamos! Manten templada la cabeza, tienes que calmarte.- me gritó, pero no le hice caso y pateé una papelera de oficina, que voló varios metros más allá.- ¡Vegetta!
-¡Ya está!¡Ya está!¡Suéltame!.- dije yo a su vez, en alta voz, y me zafé de los brazos de Willy.- Ya me calmo....- Alena bufó para después volver a dirijirse a aquel hombre que estaba sentado enfrente de ella.
-Lavese la boca primero para hablar de él, porque no merece ni su existencia.- respondió Alena, y eso me llego al alma. Mis ojos comenzaron a empañarse y a liberar lágrimas. No me esperaba una defensa de ese tipo por mí. Alena se mantenía fría, fuerte y distante, mientras que yo liberaba mis sentimientos de la única manera que me era permitida.-Pareja, Familia...Si, amigo, una nueva familia. Tengo orgullo, dignidad, felicidad, humanidad, valores, principios...Tengo una vida repleta de felicidad y fortaleza, y no vas a conseguir tirarla abajo con tus actos. Puede que en algún momento lo hicieras, pero tenía gente que me sacó del apuro, y no lo conseguiras, ya no. ¿Sabe? Su plan se ha ido a la mierda, porque voy a ser feliz, voy a estar bien, y tu te vas a consumir en la cárcel mientras tu pudrienta y absurda vida termina de descomponerse sin que a nadie le importe. Espero verle en el juicio, para que yo y mis amigos podamos encerrarle y disfrutarlo.
Se giró para irse, y abrió la puerta
-Disfruta. Buenas tardes.- y se fue.
No tarde ni dos segundos en recibirla entre lágrimas con un abrazo intenso y liberador. Yo lloraba, pero Alena reía.
-¡Me vas a aplastar!.- decía entre risas. Así que la solté y la mire.- Eres tonto...
-Te quiero.- y la besé. Se ha enfrentado a sus miedos, a sus problemas, a su agresor, y no ha parado a defenderse a ella misma, sólo a sus padres y...a mi, sin titubear, de una manera cortante y violenta. - Gracias.
-¿Por defenderte? ¿Enserio pensabas que iba a dejar que ese cabrón hablase de ti como quisiera? Él no es nadie para nombrarte.- me dijo, y yo la abracé.
-Eres increíble. Has sido muy valiente, Alena, hay poca gente es así. Eres como...una heroína. Eres mi heroína.
-Eres tonto...- dijo, volviendo a reír.- Te quiero.- y nos besamos. Estuvimos así hasta que...
-¡Ostras con los tortolitos! ¿Y si lo dejais ya para casa?.- Willy el humilde ahora es Willy el oportuno. Lo fulminé con la mirada, y Alena comenzó a reirse.- Alena, tienes los ovarios bien puestos.
-Que pesaos.- su falsa indignación me enamora.- Tenía que enfrentar la situación y lo he hecho sin rodeos, de la forma más directa.- de repente, se quedó pensativa.- más gente debería hacerlo...
El sol ya caía, y los tres salimos de allí, riendo, tonteando, con nuestras bromas, nuestras cosas, como siempre ha sido, como siempre será.
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Tras una pantalla. (Vegetta Fanfic.)[COMPLETADA.]
FanficHistoria que refleja que, en todos los lados, en cada esquina, puedes encontrar aquello que te falta para ser feliz. No sabes quién ni cuando, ni como será, solo sabes que tienes que luchar hasta el final por aquello que más quieres, aunque la vida...