Objetivo 7.

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Maratón 1 de 6.




Desayunar con Tsuna y la familia que se iba ampliando cada día más se estaba haciendo costumbre. Mi madre de seguro creerá que estoy metida en cosas peligrosas, o que tal vez he hecho amigos y decidí olvidarme de mi familia.




Para mi buena suerte la madre del castaño, de Haru y la mía se conocen de la escuela secundaria y allí acabaron las sospechas.




Pero tenía el presentimiento de que las madres solo fingían ser tontas, realmente entendían a sus hijos y sabían en lo que se metían por más de que trataran de ocultarlo. Irónicamente yo sospechaba de mi madre, aunque no tenía pruebas, sentía que estaba planeando algo.



Tal vez la paranoia y memorizar tantas cosas me pone de esta manera.




—Reborn, di "Ah."—decía Bianchi con toda la seguridad y dedicación del mundo tratando de alimentar al bebé.




Tsuna miraba la mesa llena, con una mirada perpleja, sin embargo yo los miré con ternura hasta que la madre de Tsuna llevó el desayuno a I-pin.



—No dudes en comer, nuevo amigo de Reborn—afirmaba ésta.

—Creo que cada vez la casa se llena más—dije riendo.

—Xie xie ni*.

—¿Por qué estás en nuestra casa, I-pin?—le preguntó Tsuna mirándolo con duda.

—I-pin aún no tiene trabajo. He decidido entrenar en Japón.

—¿D-de verdad?




El niño no cambiaba sus expresiones y mucho menos sonreía, era muy serio tanto que lo único que podías descifrar sería su enojo o sorpresa.



—Lambo-san hace su aparición—reía con sorna el niño.

—Otra vez está aquí—respondió de mal humor Tsuna.

—Deberías acostumbrarte a que se queden aquí, ni siquiera se portan mal—le sonreí al castaño.

—¡Mi casa no es un hotel!—chilló él.

—Tsu-kun, son los amigos de Reborn, son tan animados y es divertido tenerlos alrededor—murmuraba Nana con felicidad.


El castaño no dijo nada más hasta que I-pin vio a Lambo.



—Lambo-san vino a desayunar, ves!?

—Bienvenido, Lambo-kun—asintió la madre de Tsuna recibiéndolo.


El niño que estaba al lado de Tsuna saltó en el borde del plato de él manchándolo con sopa caliente.



—Quema, quema, quema, ¿qué estás haciendo I-pin?

—Eres muy torpe, Tsuna. ¡Protege tu propia comida—expresó Reborn alzando sus platos de la mesa al igual que Bianchi.

—¡Cómo si eso me importara ahora!—enfadado el castaño con la acción inesperada de I-pin, parecía querer quejarse más.



Me levanté de golpe buscando unas servilletas ayudándolo a limpiarse. Él me agradeció.



—¡Hay un extraño monstruo de brócoli!—apuntó I-pin en una dirección.

—Brócoli, ¿dónde?—palidecí mirando a todos lados. Si, me aterraba el brócoli. Hasta que vi a Lambo de pie frente a la mesa.

—Otra vez equivocado—reí aunque no debí haberlo hecho—No te lo tomes tan en serio, Lambo.

—¡Es-un-monstruo!



I-pin quien no veía bien fue perseguida por Lambo alrededor de toda la mesa desordenando todo a su paso. El timbre de la casa sonó. Tsuna fue a ver quien era.



—¡Hola! Vinimos de visita, Tsuna. Gokudera también se veía aburrido así que lo llamé.

—Si viniera solo Yamamoto me preocuparía. Yo soy más que suficiente—asomé mi cabeza fuera de la puerta de la cocina que conectaba con la entrada y saludé con la mano a los chicos.

—Hola Miyu..Bueno, bueno, la tarea es más divertida con más personas, ¿no?—El pelinegro entró como si fuera su casa. Gokudera lo siguió, y finalmente yo salí de la cocina no sin antes ayudar un poco a la madre de Tsuna.



Los chicos fueron a la habitación y yo tomé un vaso con agua mientras subía las escaleras.



Al estar allí para estudiar tanto Lambo como I-pin correteaban en el único espacio de la habitación molestando a Gokudera, Tsuna no sabía que hacer ni cómo poner orden a la situación.



—¡Vaca apestosa!—chilló tapándose la nariz Gokudera ni bien recibió un gas en su rostro se dispuso a seguir como loco a los dos.

—Están jugando "tú la traes". Qué nostálgico.—decía con una gran sonrisa Yamamoto. Lo miré aguantando la risa ante lo que dijo y la cara de Tsuna.

—Yamamoto, creo que estás equivocado—le respondió el castaño con obviedad en sus palabras.


Cuando finalmente Gokudera lo atrapó, lo zarandeó hasta que Haru habló tras mis espaldas. Ella solo dijo que vino a jugar e I-pin volvió a confundirla con un vegetal.



Creo que es evidente lo mucho que repudia los vegetales.


I-pin volvió a usar su truco del puño Gyoza y en respuesta Lambo le gritó cosas realmente vergonzosas haciendo que activara el contador para la explosión.



Reborn llegó pateando lo que había sacado Lambo entre sus cabellos, algo que no logré reconocer en absoluto.


—Ahora la explosión irá al futuro—la habitación se llenaba de un humo lila que desapareció tan rápido como había aparecido dando paso a una chica que traía algo en las manos y se veía totalmente confundida.

—Entonces quien está aquí es..


Busqué al pequeño que faltaba y quien era perseguido por Lambo, pero no logré encontrarlo.


—¿Eres.. I-pin?

Ignorando por completo mi pregunta, empieza a hablar.

—¿Por qué? Estaba en medio de una entrega de comida pero ahora estoy aquí—dice echando un vistazo a toda la habitación. La voz era la misma que la del niño pero un poco más profunda, como si hubiese madurado, entonces solo quedaba una respuesta uniendo a lo que dijo Reborn.

—¿I-pin es una chica?—exclamó en sorpresa Tsuna.

—N-no lo puedo creer—agregó Gokudera.

—¿Quién es ella? ¿Una conocida tuya?—Yamamoto como siempre no entendía la situación.




Eché un vistazo a Reborn, y volvió a explicarme en qué consistía el viaje temporal con la bazooka y lo bien que funcionaba. Al comprender la explicación sentí un profundo dolor en el pecho.




El bebé quien nunca mostraba sorpresa en su mirada ahora lo hacía, y todo era porque yo..




Me encontré a mi misma soltando varias lágrimas.






-o-

Xie xie ni= gracias en chino.

Soulmate [KHR] ☽ <PAUSADA>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora