Objetivo 3. Continuación.

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El Presidente del Comité Disciplinario, Hibari salió tan rápido como había entrado.

Entretanto el vicepresidente Kusakabe-san logró persuadirme de una manera tan amable así que al final accedí para ser la señorita de los mandados, es decir la secretaria. También brindó una lista de cosas que puedo hacer en la escuela y como nota final las cosas que no puedo hacer al estar cerca de Hibari.

La mayoría de las actividades consistía en ser una soplona y hablar constantemente con los profesores para que los del tercer año entren a clases y dejen de suspender materias, así como mantener en orden las salas y proveer de materiales para alivianar el trabajo de los profesores. Este trabajo si que será duro, sin contar las asignaturas que tengo y que debo llegar a la escuela antes que todos.

—Me pregunto si Tsuna y los demás me tendrán miedo después de esto—susurré para mí misma.

—Es importante hacerse de cargos altos en la escuela. Sigue trabajando duro—esa voz familiar era muy reconocible. Voltee y no había nadie, miré a los costados y tampoco había alguien. ¿En donde estaba?

Cuando lo encontré estaba vestido de araña y colgaba encima de mi cabeza, sin tocarla.

—¡Rebooornnn! ¡Buenos días! ¿Qué haces aquí sin Tsuna? ¿Y qué es ese disfraz?—exclamé sorprendida con el cosplay.

—Dame-Tsuna aparentemente recibió una visita inesperada camino a la escuela, pero no te preocupes, llegará a tiempo por una vez en su vida—respondió despreocupado el bebé.

—E-entiendo—Ahora que lo pienso creo que él es el único que aún sigue llamándolo Dame-Tsuna.

Espero que por visita inesperada no se refiera a alguna persona tratando de matarlo.

Llegando a la sala de clases Reborn no se encontraba a mi lado como antes, de seguro había vuelto a esconderse en uno de sus pasadizos secretos. Visualice que el aula carecía de tizas y borradores al igual que la carpeta con el listado de nombres del alumnado, fui a buscarlos, pero no tenía idea de en dónde estaban. Salí de clases suspirando.

—Oh, tú eres la amiga de Tsuna.

Era el pelinegro que jugó voleibol en el mismo equipo que Tsuna.

—Sí. Buenos días Yamamoto—saludé, y me sorprendí a mi misma al recordar su nombre. Aunque él no parecía estar sorprendido en absoluto.—¿De casualidad tienes idea en dónde están las cosas que se necesitan para empezar las clases?

—La mayoría de las veces están en la sala de profesores, y cuando no hay suelen estar en el depósito—respondió tranquilamente.

—¡Gracias! Iré a buscar al depósito primero—me despedí.

—Iré contigo, los del club me dijeron que buscara algo también.

Al haber conseguido ambas cosas, Yamamoto no logró encontrar lo que buscaba. Pero de camino nos habíamos topado con Hana y Kyoko, para luego ir a clases.

Tsuna había llegado justo a tiempo pero él ya estaba por ingresar hasta que se detuvo en la puerta.

—Wah, Gokudera-kun, deja de llamarme así.—dijo Tsuna luciendo exasperado.

—No. El décimo es el décimo—respondió el chico con toda la seguridad del mundo.

Yamamoto se adelantó antes que nosotras y fue junto a ellos.

Soulmate [KHR] ☽ <PAUSADA>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora