Objetivo 12.

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Otra mañana soleada se asomaba sobre Namimori, esta vez me tocaba ir a casa de Tsuna para luego ir a la escuela. Pronto en el camino se sumaron Kyoko, Haru, Yamamoto y el infaltable Gokudera. Ryohei pasó de nosotros como tornado de nuevo corriendo, solo lo usual.

> Mientras Tsuna salía de casa.

Reborn llevaba un cosplay muy casual. Vestido de anciano junto a Bianchi quien le servía té y presagiaba la suerte del día gracias a aquella punta de la hoja flotando delicadamente en el medio del té.

Lambo pronto rompería todos los platos esa mañana tratando de ayudar a Nana, ella no podría llevar el almuerzo que Tsuna olvidó llevar a la escuela porque debía hacer las compras de la casa.

—¡Lo llevaré yo! Soy un hitman muy útil.—respondió burlonamente Lambo sin ninguna pizca de delicadeza en quitarle la lengua a Reborn. El último solo sonrió, algo tramaba.

> En otro rincón de la ciudad.

I-pin, quien estuvo ausente la noche anterior e inclusive en la mañana se encontraba atentamente escuchando la nueva misión que tenía su Maestro para ella. Tras comprender la explicación repetida por segunda vez, lo repite a sí misma para asegurarse que lo ha aprendido.

—Nitroglicerina. Cuando cae explota. Muy peligroso, pero, ¡I-pin lo entregará a salvo!—Sin más objeción pronto tomó la pequeña caja rectangular y se marchó de allí.


Tanto como ella corría en los tejados de aquella vecindad y a punto de descender, las alturas no eran lo suyo después de todo en el otro lado de la calle el hitman que afirmaba no ser inútil también corría en la misma dirección. Por supuesto ella no lo había visto venir y ¡PUM! chocaron al instante. Ambas cajas envueltas volaron arriba de sus cabezas. Ella reaccionó tan pronto como pudo.

—¡Si se cae..! ¡es peligroso!—saltó y logró evitar la caída sosteniendo la primera caja verde con uno de sus pies.
—Nada mal. Está a salvo.

Pero faltaba la otra caja. Se imaginó toda la película de la caja verde igual a la que había sostenido cayendo en el suelo, explotando, haciendo daño todo a su alrededor. Para la suerte de la segunda caja, ésta cayó encima de la cabeza acolchonada de Lambo. I-pin, determinada en obtener ambas cajas y comprobar cuál de las dos contenía la nitro de la cual Lambo ni tenía idea, por instinto el niño salió corriendo en dirección a la Escuela Nami a entregar su mandado.

> En clases.


Tsuna, Yamamoto, Gokudera y yo nos encontrabámos alardeando que nuestra clase tenía hora libre durante el primer período. Llegar temprano no tuvo el resultado esperado si podías relajarte y charlar hasta por los codos en hora libre.

—Puedo relajarme, y esa vaca idiota molesta no está aquí tampoco—sonreía el peligris realmente alegre por no toparse con el fastidioso de Lambo.

—¿Es eso un panda?—pregunta un compañero de clases.

—Creo que es una vaca.—dice otro corrigiendo al primero que había preguntado.

Comencé a reír, Gokudera lucía como si quisiera matarme.

—Lo invocaste aquí Gokudera, felicidades.

Fuimos a ver si era él, el pobre parecía estar aguantando algo.

—¿Qué demonios haces aquí?—pregunta Tsuna más preocupado que molesto, Hibari podría llegar en cualquier momento y armar una escena.

—¡Necesito hacer pis!—responde el niño removiéndose de lado a lado.

—Tsuna, es tu tarea cuidar de tu hermanito.—afirma Yamamoto mirando con pena a Lambo.

—Tsuna, ¡se va salir!

—¿Qué estás haciendo? Date prisa y ve al baño.—le responde Tsuna muy tranquilo alzándolo a la altura de su rostro.

Vaya insensible, si el niño tiene 5 años, escapó de Italia y vino aquí sin ser educado, ¿cómo se supone que deba ir al baño por sí solo en un lugar en el cual no es su ambiente.

I-pin pronto apareció.

—Es peligroso.

—Así que me has seguido, Cabeza de cola.—responde furioso Lambo.

—¿Seguro que tienes tiempo para eso?—Tsuna entrecierra los ojos aún teniéndolo en sus manos.

En un abrir y cerrar de ojos Lambo se hizo pis.

—Pobre..—responde Kyoko que lo mira sorprendida.

—El niño de Tsuna se acaba de mear.—dice un compañero.

—Vaca idiota.—aprieta sus puños Gokudera. Yamamoto ríe acariciando la cabeza de Lambo quien siguió llorando y afirmando que debía calmarse.

El castaño interrogando a los pequeños descubrió que Lambo quería darle el almuerzo que olvidó mientras I-Pin pronto lo robó en medio de la explicación y salió corriendo. Me preocupé bastante así que los seguí, hasta que unos pasos pronto me detienen al llegar a un pasillo.

—Escuché una manada de elefantes pasar por el pasillo, ¿estás yendo para detenerlo?—Hibari me mira fijamente, quería saber si estaba jugando con ellos o no.

—Como miembro del Comité es mi deber, ¿no?—la adrenalina de correr y no hacerlo muy a menudo habló por mí. Él solo sonrió y siguió su camino asintiendo dirigiéndose en otra dirección.

Suspiré e inhalé tanto aire como pude, tanta diversión hacía que olvidara mis deberes como secretaria.

Corrí nuevamente para ver a Tsuna en modo última voluntad tirando a I-Pin por los aires. Y la otra caja verde cayendo del cielo.

Cuando finalmente todo se tranquilizó ya era hora del receso y todos admiraban al castaño. Con curiosidad me acerqué a ellos mientras Tsuna abría la caja.

—¡¡Yahoo!! El almuerzo llegó sano y salvo—saltaba en un pie Lambo al ver que el bento estaba intacto y aún bien decorado, elaborado con mucho amor.

Tsuna con cara de muerte miraba el bento—Así que.. ¿protegí este vergonzoso almuerzo con mi voluntad de muerte?

Reí bastante, el castaño siempre tenía unas reacciones épicas.



> En algún rincón del cielo.


La niña que tenía la otra caja aún seguía volando por los aires, pronto dejó caer la dichosa caja y cuando finalmente el contador llegó a 1, explotó.



El paradero de la peligrosa caja quedó para el olvido estancada en alguna que otra rama de un árbol.











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Soulmate [KHR] ☽ <PAUSADA>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora