Objetivo 19.

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El castaño era muy malo para ocultar secretos, demasiado, casi como un libro abierto. El estudiante de Kokuyo era muy bueno interrogando, tanto que a pesar de haber obtenido respuestas a medias del joven Vongola, ya había armado más de la mitad del puzzle. La necesidad de información la tenía cubierta, solo restaba acabar con la familia.

A Miyu no le quedaba mucho tiempo, en aquel pozo recóndito mental en el que se encontraba, ella sabía que debería buscar una superficie y control sobre su cuerpo, sin embargo, nada parecía funcionar. El recuerdo de su padre, su madre, los chicos, ningún pedazo de memoria quedaba de manera persistente en su conciencia. Todos flotaban y se iban lejos tal y como lo harían los globos lanzados al cielo, una vez los sueltas ya no vuelven.


¿En verdad no me queda nada a lo que aferrarme? Si tan solo pudiera sentir algo, de seguro lloraría.



En aquel inmundo lugar, un sofá viejo acogía la figura de la chica, su cabeza yacía tendida en dirección al techo, los ojos desorbitados y clavados en la nada, tratando de percibir la tenue luz y la distinción entre el día.. y la noche. Pocos pensamientos rondaban en su cabeza, pero ninguno era suficiente para quebrar la maldición impuesta por Mukuro. Pensó en el ciclo de la vida y aquello que otorgaba un sentido de orientación para todos; seres vivos, plantas, y demás, el vago pensamiento la llevó a recordar sus 4 años y un recuerdo feliz con sus padres, la primera pregunta coherente que había hecho a tan temprana edad, considerando que ella era una amante sobria del día porque al parecer odiaba y sigue odiando la noche y lo que trae consigo.

¿Cuál es la función principal de ambas dualidades?

La respuesta era simple, proteger los ciclos de la naturaleza.

En ese instante una luz blanca, similar a la de los faros de un automóvil nublaron su vista y las dolorosas cadenas mentales se quebraron otorgando control sobre su cuerpo, su respiración era acelerada casi como si hubiera corrido un maratón y sudaba frío. Intentó recordar qué la había sacado de ese trance duradero mirando a su alrededor cuando la respuesta ella misma la había encontrado. Un ruido en la habitación contigua la alertó, e inmediatamente reaccionó a ella y aunque preguntó de quién se trataba, solo atinó a escuchar el suspiro cansino de alguien que terminó apaleado, nada más ni nada menos que Hibari Kyoya.



En algún rincón de la zona quedaban Gokudera, Yamamoto y Bianchi esperando el movimiento del hombre que los miraba expectante de una pelea. El peligris pronto sufrió los efectos de la medicina aplicada del Dr. Shamal y la fiebre que lo atestaba. Yamamoto estaba más que seguro de enfrentarse al asesino considerando que éste llevaba un arma pesada en manos, el pelinegro se confió lo suficiente como para recibir algún que otro golpe de parte del asesino. Los ataques del hombre que según la información de la familia Cavallone lo etiquetaban como fuertes y difíciles de esquivar, Yamamoto había sufrido varios golpes certeros debido a la intensidad de esos ataques.

Tsuna, quien vagaba sin rumbo por el bosque sin darse cuenta cae por un borde y pronto se encuentra con la peor escena: Yamamoto y Gokudera tendidos en el suelo y Bianchi intentando proteger a ambos.


—¡Baja aquí Vongola!—grita el asesino que estaba posicionado lejos del castaño y escuchó un grito que iba dirigido a él.
—¿Por qué le he gritado a este señor como si fuera Lambo?—el castaño claramente estaba más preocupado por cómo se dirigía hacia el hombre antes que morir.
—Si no bajas acabaré con esta mujer primero y esperaré por ti.—la comida venenosa en manos de Bianchi fue arrastrada por la corriente de aire de aquella bola de hierro y Tsuna solo podía reaccionar gritándole a ella. Reborn accionó rápido enfatizando que ésta sería la última bala que utilizaría para Tsuna.
—¡Bianchi!
—Leon, ve por él. La última bala.—el típico disparo en dirección al castaño pronto se adapta al cuerpo del décimo y a velocidad detiene el ataque dirigido a Bianchi.
—¡REBORN! Rokudo Mukuro, te derrotaré con mi última voluntad.


Rokudo Mukuro regresó al mismo tiempo a la sala de estar en donde siempre esperaba a sus subordinados, esta vez con Chikusa a su lado. Percibía a través de sus auriculares las conversaciones y reía por lo bajo a lo que el asesino decía, no se había inmutado en absoluto al escuchar que la última bala había sido usada en un momento tan conveniente y malo para ellos al mismo tiempo.

—Parar una bola de hierro.. el disparo tan preciso del Arcobaleno, debe ser una bala especial. — comenta el pelicorto.
—Y era la última. Han caído directo en la trampa. Cada vez estoy más cerca de convertirme en el Décimo Vongola.—sonríe por lo bajo el peliazul, orgulloso del tramo que ha recorrido gracias a sus planes.

Tsuna pronto halló debilidades en el asesino y lo abatió usando la misma arma que él en su contra, no obstante el hombre aún tenía otro as bajo la manga; las artes marciales. El castaño fue aplastado por la bola de hierro y le quedaba poca fuerza tras resistir ese golpe tan duro. Se levantó como pudo y le dirigió unas pocas palabras.

—¡Con un corazón tan débil no podrás derrotar mi última Voluntad!

—¿Mi corazón? ¿Que diablos dices? ¡No hables como si me conocieses! Derrotar al enemigo y enviarlo al infierno, ese es mi modo de vida!

—¡Mentiroso!—Tsuna arremete un puñetazo en la parte baja del abdomen.

—¡Cállate mocoso!—y aunque el asesino reacciona intentando dar un puñetazo también, falla debido a que el castaño lo esquiva y recibe el segundo strike cayendo de rodillas.

—Cada vez que atacas, cierras los ojos como si no quisieras ver la muerte del enemigo. Usaste la bola de hierro en vez de tus manos para rematarme, eso es porque hay culpa en tu corazón y dudas.

—¿Qué?—reacciona sorprendido el hombre ante tal declaración.

La luz en el frente de Tsuna se extinguía lenta y gradualmente a medida que hablaba.—Pienso que es extraño, en absoluto pensé que asustabas. Sabes, hay un niño llamado Lambo en nuestra casa, es tan irracional como tú y simplemente no puedes odiarle, eres un buen tipo.



El hombre aún de rodillas miraba con absoluta calma y determinación al joven Vongola, él sin titubear manifestó sus pensamientos y la razón por la cual Rokudo Mukuro está tan interesado en el chico.
Grata ha sido la sorpresa para el resto de la familia Vongola al enterarse de que habían caído en una trampa y que difícilmente podrían salir en su totalidad ilesos de ella.









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Soulmate [KHR] ☽ <PAUSADA>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora