La casa del árbol

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Era de noche y por fin llegamos a la cabaña de la familia de James, era bastante grande y justo al lado de esta había un lago genial.

Ya me dieron ganas de tirarme.

Bajamos todas las cosas y las dejamos en la sala.

—Bien, hora de repartir las habitaciones— dijo James— Son cuatro habitaciones en total.

—Ósea que dos personas tendrán que dormir con otra persona— dijo Beth sonriendo

—Yo opino que en una habitación estén Nate y Amy— dije, la pequeña discusión que tuvimos con Nate en la primera parada puede que le haya hecho pensar que aún me interesa, por lo que quiero despistarlo.

—Si, ¿Que dicen?— James les preguntó

—Por mi bien— dijo Amy

—Claro, está bien— dijo Nate frunciendo el ceño mientras me miraba, pero yo lo evité

—Bien, ¿Quién será la otra pareja?— preguntó James—¿Que tal ustedes dos?— preguntó mirando a Beth y a Dan

—Por mi, perfecto— sonrió Beth mirando a mi primo mientras se mordía el labio inferior

—Eh... está bien— dijo Dan algo incómodo

—Genial, hecho entonces, mañana es 31 de diciembre por lo que tendremos una noche loca, será mejor que vayamos a dormir— dijo James.

Subimos las escaleras con nuestras cosas y James nos indicó cuales eran nuestras habitaciones.

La verdad, estaba feliz de dormir sola.

Mi habitación tenía una cama de dos plazas y una ventana con un sillón a un lado, me gustó.

Me senté en el sillón y miré hacia afuera, hacia el lago y me quedé lentamente dormida justo ahí.
_______________

Desperté de apoco sintiendo un dolor en la curva de mi cuello.

Parecía un lindo lugar para mirar, pero no para dormir.

Estaba oscuro aún, miré en mi celular, son las 2 de la mañana.

Cuando iba a pararme del sillón para irme a dormir a la cama vi una silueta afuera, caminando a la orilla del lago.

¿Pero qué demonios hace allí afuera?

En este estado no nieva, pero aún así es invierno, debe de hacer un frío de muerte allí afuera ¿Que acaso quiere pegar un resfriado?

Está loco.

Justo se dio la vuelta y me miró, le fulminé con la mirada y me puse de pie, bajé las escaleras decidida y salí por la puerta trasera, luego de caminar un poco estuve enfrente de el.

—¿Acaso estás loco?— le pregunté

—Quizás— se alzó de hombros

—Hace un frío horrible, ¿Qué demonios haces aquí afuera?

DETENTION #PGP2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora