4: Conociéndote

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CONOCIÉNDOTE. 



Desvié la mirada de Ethan que cada vez se alejaba más y la posé en mi mejor amiga que no se encontraba en una situación muy agradable.

Estaba tirada en el suelo intentando levantarse pero algo la impedía, el piso estaba mojado. A cada intento de levantarse se volvía a caer, a la mierda todo yo necesito un video de esto, total para mañana ya se lo va a olvidar.

<<Que buena amiga eres.>>

Ya cállate maldita conciencia. Si estuvieras en mi situación harías lo mismo.

<<Eso no es verdad, yo la ayudaría.>>

Argh, odio cuando tienes razón.

—Toma mi mano —dije aguantando la risa. Agarró mi mano pero la muy perra en vez de usarla para levantarse me estiró para que caiga con ella. Ahora éramos dos ineptas intentando levantarse, vaya, que genial lo que me gano siendo buena amiga ¿a que no conciencia?

Ah, bueno ¿y ahora te callas, eh?

Finalmente, luego de cuatro intentos fallidos logré levantarme y ayudar a Ana a levantarse. Nos dirigimos al auto en un muy agradable silencio y nos subimos a éste. Una vez dentro del auto prendí la radio y ¡estaba sonando una de mis músicas favoritas! A drop in the ocean.

—It's just a drop in the ocean, a change in the weather, I was praying then you and me might end up together —gritamos al unísono.

—Ana me quedaré en tu casa esta noche, dudo que quieras pasar tu resaca de mañana sola —dije con la mirada fija en la carretera. Lo sé, soy una amiga ejemplar. Además, siendo sincera me daba un poco de miedo manejar hasta mi casa porque si mis padres me ven manejando sin licencia me matan con sus propias manos.

—Vale —se limitó a responder.

Disque el número de mi mamá y ésta contestó al tercer tono.

—Hola mami —dije con fingida inocencia.

—Hola hija —respondió confundida, no suelo llamar mucho a mi mamá.

—Esta noche dormiré en casa de Ana, no te preocupes por la ropa ni nada, ella me prestará todo.

No esperé a que contestara y colgué la llamada. No podía aceptar un no por respuesta, Ana me necesita. Además, no es que le importe a mi mamá demasiado, ella tiene sus propios problemas.

Luego de diez minutos manejando llegamos a la hermosísima casa de Ana, mejor dicho mansión, era de paredes blancas y contaba con un hermoso jardín, adoro ir a su casa.

Entramos sigilosamente para no despertar a sus padres ya que eran las dos de la madrugada, y teniendo en cuenta de que sus padres creen que Ana siempre vuelve a las doce... No sería una situación muy agradable.

Subimos silenciosamente las escaleras, que en la oscuridad se me hicieron interminables, y finalmente entramos a su cuarto. Ana tiene mucha suerte, sus padres son geniales y tiene dos hermanos mayores. Aunque nunca llegué a hablar con ellos... Supongo que me tienen un poco de miedo, y no les culpo, mi reputación puede ser un poco intimidante.

Al entrar a su cuarto nos pusimos las pijamas (Ana me prestó una) y nos acostamos a dormir, bueno, Ana durmió pero yo no pude pegar un ojo.

Todo es la maldita culpa de Ethan, si él no estaba en la fiesta no tendría esta cantidad de preguntas atormentandome a altas horas de la noche.

Jugando a quererte {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora