9: ¿Estoy cayendo en su juego?

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¿ESTOY CAYENDO EN SU JUEGO? 



Ethan's POV

Sentí como un helado líquido se derramaba por mi rostro haciéndome despertar, di un saltó y me encontré con Esteban tirado en el piso riéndose y con un vaso en la mano, pedazo de demonio que tengo de hermano. ¿Por qué mis padres no lo presentaron a los Bennote? Fácil, es demasiado molestoso y travieso, no querían dar una mala primera impresión.

—ESTEBAN, ¿Qué mierda te pasa para despertarme? —grité furioso, él se estaba poniendo rojo de tanto reír, ¿Cómo puede ser tan fastidioso con tan sólo 10 años?

—Se llama venganza querido hermano —respondió finalmente dejando de reír, ¿Venganza? Pero si yo aún no le hice nada...

—Pero si no te hice nada, idiota —lo miré directamente a sus ojos verdes mientras que éste desordenaba sus marrones cabellos.

—Aún no, pero sé que pensabas hacerme algo —se encogió de hombros restándole importancia, éste mocoso se va a enterar.

—LARGO DE MI HABITACIÓN —lo fulminé con la mirada.

—Argh, no te desquites conmigo querido hermano, no es mi culpa que no hayas soñado con Ágata —sonrió maliciosamente, asqueroso hijo de puta, ¿Cómo se atreve a mencionar a Ágata? La maldita y perfecta de Ágata... Mi ex novia.

No soporté más y me levanté con un salto de la cama, agarré del brazo a Esteban, lo dirigí hasta mi puerta y lo empujé fuera.

Buena manera de empezar el día ¿No? Miré mi reloj y eran tan sólo las 5:45 maldito Esteban, me sacó una hora de sueño.

Me dirigí al baño y tomé una fría ducha para despertarme bien, fue entonces cuando me percaté que olvidé mis ropas, enredé una toalla en mi cintura y salí del baño, abrí mi armario y cogí unos jeans con una remera blanca en escote V que marca mi trabajado cuerpo.

Me vestí en tiempo récord y cogí mi móvil, bajé corriendo las escaleras y salí de casa, necesitaba caminar un poco antes de ir al instituto. Con todo lo que como debo ejercitarme si planeo mantenerme en buen estado.

Caminaba tranquilamente hasta que sentí pequeñas gotas de agua comenzar a caer sobre mi cabello, mierda ¿Y ahora qué hago? Estoy como a media hora de mi casa, me queda más cerca el instituto. Corrí lo más rápido que me permitieron mis piernas y llegué en cinco minutos al instituto, por suerte aún no llovía demasiado fuerte.

Abrí las grandes puertas y entré a mi tortura, eran las 6:30, demasiado temprano para ser sincero. El instituto estaba con todas las luces prendidas, caminé hasta una de las clases y me sorprendí al ver a Caitlin hablando con una de las chicas nuevas, ¿Qué hacen ellas a estas horas? Caminé hasta ellas y toqué suavemente el hombro de Caitlin.

—¿Caitlin? —pregunté con notable confusión. Ésta se volteó y frunció el ceño al verme.

—¿Ethan? —respondió.

—¿Qué hacen aquí a estas horas?

—Creo que la pregunta sería ¿qué haces tú aquí a estas horas? a mí me toca enseñarle el instituto a Luján —dijo señalando a la nueva, con que su nombre es Luján...

—Oh, un gusto Luján mi nombre es Ethan —dije sonriéndole y besando caballerosamente su mano, vi de reojo a Caitlin y ésta rodó los ojos.

—Un placer Ethan —se sonrojó mientras posaba su verdosa mirada en mí.

—Bueno ya tórtolos, ¿Piensas decirnos que haces aquí o seguirás coqueteando con mi amiga? —se notaba a kilómetros lo celosa que estaba Caitlin, aunque me empezaba a preguntar si era porque sentía algo bien escondido por mí o era celosa de sus amigas.

—Estaba caminando y comenzó a llover, estaba más cerca del instituto que de mi casa, ¿Feliz? —levanté una ceja.

Bufó.

—Mucho —sonrió falsamente.

Estaba por decir algún comentario para molestarla pero de la nada todas las luces se apagaron.

—¿Ethan?¿Qué está ocurriendo? —preguntó Luján con la voz temblorosa. ¿Qué acaso soy adivina?

—Supongo que la tormenta causó un apagón —respondí— ¿Te encuentras bien Caitlin? —agregué de inmediato.

Nadie respondió, prendí la pantalla de mi móvil e ilumine mí alrededor buscando a Caitlin. Finalmente la encontré, estaba sentada en el suelo con la espalda apoyada en la pared y respirando rápidamente. Se veía tan débil e indefensa.

Caminé hasta ella y me senté a su lado.

—¿Estás bien? —pregunté observándola con la tenue luz que nos proporcionaba la ventana.

—S-sí —un trueno retumbó en la sala de clases. No sé por qué pero al verla tan indefensa me dieron ganas de protegerla y hacerla sentir segura.

—Ven aquí —dije abrazándola, ella no se quejó, al contrario, me correspondió el abrazo.

Otra vez ese delicioso aroma a flores inundó mis narices, no sé cuánto tiempo nos quedamos abrazados, pero como nada es perfecto Luján interrumpió nuestro momento juntos.

—Chicos, encontré éstas velas en el armario del profesor, ¿Alguno de ustedes tiene un encendedor?

Caitlin se separó de mí rompiendo el abrazo.

—Yo tengo uno —dijo Caitlin sacando un encendedor de su bolsillo y pasándoselo a Luján, ¿Por qué ella tiene un encendedor? ¿Será que Caitlin fuma?

Luján encendió las velas y las colocó en el suelo, se sentó frente a nosotros y nos miró confundida.

—¿Interrumpí algo? —preguntó con una sonrisa pícara, tenía tantas ganas de gritarle que sí pero me contuve.

—No —dijo Caitlin, ¿No?¿Para ella no fue nada nuestro abrazo?

<<¿Te olvidas que es Caitlin la rompecorazones de quién hablas?>>

No creo que sea tan insensible como aparenta. Según lo que yo creo es sólo una chica lastimada que intenta hacerse de la fuerte para que nadie pueda volver a lastimarla.

<<No es eso lo que dicen Ethan, ¿Estás cayendo en su juego?>>

El tiempo lo dirá conciencia, ahora cállate.


***

Holaa!

¿Está Ethan cayendo en las garras de Caitlin? ¿Qué les pareció el capítulo?

¡Voten y comenten!

-Majo.


Jugando a quererte {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora